Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad.

Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad y sus alrededores

viernes, 22 de septiembre de 2017

La presencia jesuita en Sevilla. Parte 5a. La antigua Casa Profesa.


La antigua Casa Profesa de la Compañía de Jesús, situada en la calle Laraña ya pasó por estas páginas con motivo de la visita a la iglesia de la Anunciación, único resto superviviente del antiguo edificio, junto con algunas columnas del patio de la Facultad de Bellas Artes.
Sin embargo, aprovecho la circunstancia de este recorrido por las instituciones de la Compañía de Jesús en nuestra ciudad para ampliar la información, añadiendo detalles y fotografías que había pasado por alto.
Aquí podemos apreciar la extensión de la antigua Casa Profesa de la Compañía de Jesús.
La construcción del Colegio de Humanidades, función inicial del edificio, se inició en 1.565,  en la desde entonces conocida como calle de la Compañía, actual Laraña. Sus trazas se deben a Bartolomé de Bustamante, superintendente de la Orden (la iglesia) y el también jesuita Giuseppe Valeriani (la casa), aunque fueron Juan Bautista Villalpando (la casa) y el Maestro Mayor de la Catedral, Hernán Ruiz, el Joven, (la iglesia) quienes reformaron grandemente y finalizaron la obra, en 1.579, ateniéndose al estilo renacentista de moda en la época. En ese año pasó a constituirse como la primera Casa Profesa de la Compañía de Jesús en nuestra ciudad. 
Antiguo edificio de la Universidad de Sevilla, derribado en 1.970.
En la actualidad.
La residencia constaba de un edificio de tres plantas en torno a un patio principal porticado y pavimentado, con columnas de mármol, de las que aún se conservan algunas en la actual Facultad de Bellas Artes. Otro cuerpo de edificio más pequeño, anejo al principal y con patio propio, ajardinado, tenía salida por la calle trasera, llamada de la Sopa, hoy Compañía.
En el patio principal, antiguo claustro, lucía la escultura en bronce del fundador de la Universidad de Sevilla, maese Rodrigo de Santaella, realizada por el escultor Joaquín Bilbao en 1.900, y trasladada más tarde a uno de los patios de la antigua Fábrica de Tabacos. A este patio se accede por la Puerta de la Concepción, que comunica el lado de la Epístola de la iglesia con dicho patio, o bien por la entrada principal desde la calle Laraña.
Facultad de Bellas Artes. 
Patio de la Facultad de Bellas Artes cuando aún era la sede única de la Universidad de Sevilla. La estatuo de maese Rodrigo se trasladó a la antigua Fábrica de Tabacos.
Cuenta en su interior con una escalera principal donde es digna de atención la valiosa techumbre ochavada de lacería mudéjar realizada a finales del siglo XVI.
En 1.924, y encuadrada dentro de los trabajos de preparación para la Exposición del 29, el arquitecto José Gómez Millán lleva a cabo la dirección de una reforma integral de la antigua fachada, confiriéndole el aire regionalista tan propio de la época.
Fachada de la Facultad de Bellas Artes.
La expulsión de la Compañía de Jesús en 1.767, por orden de Carlos III, deja abandonado el edificio, lo que aprovecha el entonces Intendente de la ciudad, Pablo de Olavide, para trasladar allí la sede de la Universidad de Sevilla desde el colegio Santa María de Jesús (del que hoy solamente queda la capilla, sita en la Puerta de Jerez, esquina avenida de la Constitución). Se ampliaba así la oferta académica de dos salas a doce.
Jesuita y afrancesado, Olavide pone en práctica los ideales de la Ilustración, favoreciendo una educación laica. La iglesia permaneció como capilla de la Universidad, incluyendo ser la sede de la Hermandad de los Estudiantes, hasta 1.956, fecha de su traslado a la Real Fábrica de Tabacos.
Patio de la Facultad de Bellas Artes en la actualidad.
Con el traslado de la Universidad a su nueva sede de la antigua Fábrica de Tabacos en la década de los 50, y después de algo más de una década de abandono, el edificio es derribado, conservándose tan solo algunas columnas del patio de Facultad, la iglesia y, bajo ella, la cripta, convertida más tarde en Panteón de Sevillanos Ilustres, que visitaremos en otra ocasión. El proyecto corrió a cargo del arquitecto José Galnares Sagastizábal autor, entre otros del diseño del Banco de Bilbao (Plaza Nueva), la Delegación de Hacienda (calle Tomás de Ibarra) o la fábrica de Hytasa (en este caso junto a Juan Talavera Heredia).
Placa y azulejos en la fachada de la iglesia.
Iglesia de la Anunciación, Facultad de Bellas Artes y 
palacio del marqués de la Motilla, vistos desde las Setas.
Vistas de la iglesia desde plaza de la Encarnación.
La fachada de la iglesia es imponente, a pesar de estar parcialmente tapada por un árbol que pide a gritos ser trasplantado. Diseñada por Hernán Ruiz, el Joven,  consta de un gran arco de medio punto, enmarcado por dos columnas de orden jónico, acompañadas de sendas hornacinas vacías; no he podido averiguar si siempre han estado así o si en algún momento han estado ocupadas.
Portada de la iglesia de la Anunciación.
El segundo cuerpo está presidido por un magnifico relieve de la Virgen con el Niño, obra de Juan Bautista Vázquez, el Viejo. A los lados vemos esculturas en el interior de hornacinas rematadas con veneras, que representan a San José con el Niño Jesús (por cierto, bastante desproporcionadas), a la derecha, y  San Miguel a la izquierda. Ambas imágenes, anónimas, típicas del barroco sevillano, están datadas entre  1.701 y 1.799.
Segundo cuerpo de la Portada.
San José con el Niño Jesús. Anónimo, siglo XVIII.
Arcángel San Miguel. Anónimo, siglo XVIII.
Sobre el entablamento que se apoya en las columnas se sitúa un frontón partido, con escudo nobiliario (o de armas, que no los distingo) en el centro, coronado por tras pináculos piramidales recubiertos con azulejos (en bastante mal estado).
Remate de la portada del templo.
La iglesia dispone de otra portada, en el lado de la Epístola del crucero, que comunicaba con el claustro, hoy solo visible desde el patio de la Facultad de Bellas Artes. También obra de Hernán Ruiz, el Joven,  se configura mediante pilastras dóricas, un arco de medio punto y un frontón triangular. En la clave del arco aparece la fecha 1.568.
Antigua portada de Santa Ana.
La torre, baja y solo visible desde la plaza de la Encarnación, se encuentra situada a la izquierda del presbiterio. Carece de remate, estando cubierta por un cuerpo de campanas, con un solo arco de medio punto en cada cara. 
La cúpula que cubre el crucero está decorada exteriormente mediante un revestimiento de azulejos típicos sevillanos. La linterna hubo de renovarse tras el terremoto de Lisboa, en 1.755, ya que consta en dos informes de la época que "de la Casa Profesa, lo más de su lenterna se vino a plomo". Según el profesor Teodoro Falcón, es muy probable que en su renovación interviniera Sebastián Van der Borcht, que en 1.748 había emitido un informe sobre la amenaza de ruina que afectaba a la bóveda del coro de la iglesia. Ya por entonces, Van der Borcht había reconstruido la de la Capilla Real y la Real Fábrica de Tabacos, actual sede de la Universidad y, poco después, en 1.760, haría lo mismo con la Torre del Oro.
Torre y cúpula de la iglesia de la Anunciación.
En la parte externa de la fachada del Evangelio, que da a la plaza de la Encarnación, existe un retablo cerámico de buen tamaño, que representa al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, titular de la Hermandad de los Estudiantes. Fue realizado por Antonio Kiernam Flores en 1.949, para conmemorar las bodas de plata de la Hermandad. Costó 4.200 pesetas. El diseño del adornado marco de cemento que rodea el azulejo corrió a cargo de los arquitectos Antonio Delgado Roig y Alberto Balbontín de Orta.
Retablo cerámico del Cristo de la Buena Muerte. Antonio Kiernam Flores, 1.949.


















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