Este blog alcanza hoy las 100.000 visitas. Un número redondo. Como redondo es el inesperado resultado de una actividad que, como ya he comentado en alguna ocasión, nació casi sin querer, como un hijo que te viene de penalty, pero que acabas queriendo con toda tu alma.
A pesar de ser un lector voraz desde los nueve años, jamás escribí nada más largo que algún comentario sobre un libro leído o el relato de algún acontecimiento que me hubiera sucedido, en los foros de la red. Y tenía que ser el Arte de mi ciudad (a mí, que soy de Ciencias), el que me despertara la vena de escribidor (que no escritor). La verdad es que, cuando me planteé la temática del blog, apareció la respuesta casi automáticamente, tan fácil como le ponían las perdices a Felipe II o los salmones a Franco.
Esta temática del espacio ha ido variando con el tiempo. De las leyendas puras y duras del principio pasé a los monumentos por una simple cuestión de agotamiento de las primeras. Algún hecho curioso queda por ahí, pero no los considero lo suficientemente relevantes para dedicarles una entrada. De la misma forma, los edificios civiles y militares se fueron acabando (sigue alguno pendiente), pero como de iglesias y conventos estamos tan bien surtidos en nuestra querida ciudad, ellos llevan ahora la voz cantante.
No me extiendo más. Gracias, gracias y gracias. Cien mil gracias a tod@s l@s que me leen, porque gracias a ell@s consigo la energía necesaria para seguir adelante.