Como la actualidad manda, realizo aquí un adelanto de lo que será posteriormente una entrada más detallada a uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad: el Palacio de las Dueñas.
Desde siempre, los sevillanos hemos querido poder visitar el hogar de doña Cayetana y, aunque comprendíamos su deseo de intimidad, no dejaba de picarnos el gusanillo de la curiosidad. Ahí es nada, poder recorrer los salones en los que Jackie Kennedy o Eugenia de Montijo tomaban el té, o los patios que Antonio Machado retrataba en sus delicados poemas. Y qué decir de las obras de arte atesoradas durante cinco siglos por la familia.