En el antiguo barrio de los Hortelanos, posteriormente llamado de
Rascaviejas (un saludo, señor Roldán), más tarde de la Hiniesta y actualmente
de San Julián, se encuentra la iglesia de este santo mártir, último de los templos
gótico-mudéjares de la ciudad que nos faltaba por visitar. Como es el caso de
prácticamente todas ellos, inicialmente se estableció en una mezquita
cristianizada que, tras el terremoto del cabo de San Vicente de 1.356, fue
reedificada ya bajo el reinado de Pedro I, con la estrecha colaboración del
arzobispo don Nuño.
Portada principal de la iglesia de san Julián. |