Hace muchos años, con ocasión de una cena de empresa allá por
tierras catalanas, surgió entre los comensales una amistosa discusión acerca de
la ciudad de origen del camarero que amablemente nos estaba sirviendo. Preguntado
el interfecto por tal cuestión, nos contestó con voz profunda, impregnada de
orgullo: Servidor es de Utrera, la ciudad
de los mostachones, la octava maravilla del mundo. Sirva esta pequeña
anécdota para demostrar el cariño que los nativos de esta localidad sienten por
su tierra.
Iglesia de Santa María de la Mesa, vista desde la plaza del Porche de Santa María, Utrera. |