Tras el
descubrimiento del Nuevo Mundo, Sevilla se convirtió en una de las ciudades más
importantes (quizá la que más) del continente europeo. Como es natural, este
florecimiento atrajo personas e instituciones de todo tipo, unos recomendables
y otros no tanto.
Emblema de la Compañía de Jesús en la iglesia del Gesú de Roma. Cortesía de Esejotas (Wikipedia). |