Después de admirar los objetos expuestos del Tesoro Catedralicio, nos
dirigimos a cualquiera de las dos puertecitas que hay al final del aposento y,
a través un pequeño pasillo curvo, llegaremos en la a la Sala Capitular.
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Este pasillo curvo nos conduce primero a la Sala Capitular y, a continuación, al Antecabildo. |
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Dos inscripciones señalan sendas fechas de restauración de la Sala Capitular. |
Su construcción fue larga y tortuosa, tardándose en completar
treinta años. En 1.558 comenzaron los trabajos de cimentación, que duraron dos
años, tras los cuales tuvo lugar un enfrentamiento entre Hernán Ruiz y el
mayordomo de la fábrica a cuentas de la disposición de la puerta de entrada a
la Sala de Cabildos. Debió resultar ganadora la propuesta del arquitecto, pues
la entrada comentada se sitúa en un estrecho pasillo curvo. En 1.561 se produce un parón, pues la restauración de la torre y la edificación
del cuerpo de campanas de la Giralda necesitan de toda la atención y los fondos
del Cabildo.
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Cuerpo de campanas de la Giralda. Hernán Ruiz, el Joven, 1.561-1.568. |
En 1.568 se retoma la reconstrucción a ritmo acelerado pero, al
año siguiente, Hernán Ruiz fallece cuando aún faltan por realizar las
cubiertas. El sustituto del maestro de obras, Pedro Díaz de Palacios, mostró
tal desinterés por su trabajo (solo se ocupó, a ratos, de la Capilla Real) que,
finalmente, el mismo Cabildo que lo eligió entre cinco acreditados arquitectos,
tuvo que despedirlo por “falta de rendimiento”. A esta circunstancia se une el
hecho de que Hernán Ruiz III, hijo de El
Joven, que había concursado para el puesto no resultando elegido, se
apropió de los planos trazados por su padre, negándose a devolverlos.
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Vista de la sala desde la puerta de entrada. |
Hubo que solicitar ayuda a Francisco del Castillo, maestro mayor
de Martos, y Andrés de Vandelvira, de Jaén, para que supervisaran las obras hasta
1.575, año en que fue contratado como maestro mayor Juan de Maeda. Tampoco
acabó aquí la “maldición” de la Sala Capitular pues, al año siguiente muere el
de Maeda, siendo sustituido por su hijo Asensio, quien por fin acaba la obra en 1.592.
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Dos imágenes de la puerta de entrada vista desde el interior. La frase "PROVEER CHORO I ALTAR" era una manera de recordar a los canónigos sus responsabilidades litúrgicas principales: el coro y la Misa. |
Tiene forma elíptica, con sus muros ordenados mediante columnas dóricas en la parte inferior y jónicas en la superior sobre pedestales, apoyado todo el conjunto en un gran friso volado que rodea toda la sala.
La cúpula (la primera cúpula elíptica que se construyó en España) se divide en tres franjas
superpuestas, con casetones, y se remata por una linterna también elíptica, en
una composición típicamente renacentista. El suelo fue diseñado, igualmente por
Maeda, de similar forma al realizado por Miguel Ángel para
la plaza del Capitolio de Roma (el Campodoglio); curiosamente, la solería
sevillana es más antigua, ya que aunque el diseño de Miguel Ángel es anterior, no
se construyó en su momento.
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Espectacular cúpula elíptica de la Sala Capitular. Fue la primera que se construyó en España con esa forma. |
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El suelo es similar al Campodoglio de Roma diseñado por Miguel Ángel. |
La forma de la sala provoca una acústica que permite a
los miembros del Cabildo, que se sentaban en el banco corrido que bordea
toda la Sala, verse y oírse con total comodidad.
El programa iconográfico de las estancias capitulares fue trazado por el
canónigo Francisco
Pacheco, mostrando un repertorio de esculturas y pinturas acompañadas de
inscripciones latinas que aluden al contenido de las imágenes. Todo el conjunto muestra una clara intención moralizante, basada en el Apocalipsis de San Juan, con la evidente intención de que los canónigos cumplieran con sus deberes de forma adecuada.
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Vista general del lado sur de la sala (el que nos encontramos de frente al entrar). |
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Vista general del lado este. |
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Vista general del lado norte. |
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Vista general del lado oeste. |
Decoran esta Sala una serie de pinturas que representan las cinco virtudes: Justicia, Fe, Esperanza, Caridad y Misericordia,
virtudes que debían tener los miembros del Capítulo que se reunían en
esta sala. Son de Pablo de Céspedes, realizadas en 1.592, al igual que lo fueron
las imágenes originales de los ocho santos sevillanos que se muestran en sendos
tondos distribuidos regularmente por las paredes. Hablo en pasado porque se perdieron,
debido a filtraciones de agua y otros desperfectos que tardaron en ser
reparados. Las que vemos en la actualidad datan de 1.667, año en que se encargó
a Bartolomé Esteban Murillo otras ocho que sustituyeran a las antiguas: San
Hermenegildo, San Fernando, San Leandro, San Isidoro, San Laureano, Santa Justa,
Santa Rufina y San Pío. A ellas se añadió una gran Inmaculada (una
de las mejores que realizó en su carrera el pintor), con un marco de
madera dorada tallado por Bernardo Simón de Pineda, colocada tapando el óculo
central.
Veamos la iconografía de la sala, partiendo de la puerta de entrada y girando en el sentido de las agujas del reloj:
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Los siete ángeles llamando a los réprobos. |
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La tormenta en el lago Tiberíades. |
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Santa Justa. |
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El éxtasis de San Juan Evangelista. |
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La oración en el huerto. |
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San Pío. |
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La expulsión de los mercaderes del templo. |
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Vidrieras con los símbolos del Cabildo, la Giralda y las jarras con azucenas, se van intercalando entre relieves y pinturas. |
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Alegoría del Cordero Místico. |
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San Isidoro. |
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Escena no identificada. |
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Cristo lavando los pies de los Apóstoles. |
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San Hermenegildo. |
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La Asunción de la Virgen. |
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La gran obra de sala: Inmaculada, de Murillo, en un marco de Bernardo Simón de Pineda. |
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El último sermón de Cristo. |
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Fernando III, el Santo. |
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Milagro de San Juan Evangelista. |
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Daniel en el pozo de los leones. |
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San Leandro. |
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El Padre Eterno con los vendimiadores. |
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El Bautismo de Cristo. |
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San Laureano. |
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Escena desconocida, relacionada con el Purgatorio. La traducción de la cartela es, más o menos: "porque limpiará los hijos de Leví y los afinará como a oro y como a plata." |
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La parábola del sembrador. |
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Santa Rufina. |
Los grandes relieves verticales que figuran entre las columnas
fueron realizados por Juan Bautista Vázquez, el Viejo y Diego de
Velasco en torno a 1.582-1.584. Representan La Asunción de la Virgen, Dos
milagros de San Juan Evangelista, La expulsión de los mercaderes del templo, El
Padre Eterno con los vendimiadores, Los siete ángeles llamando a los réprobos,
El éxtasis de San Juan Evangelista y La alegoría del Cordero Místico.
Los relieves de formato rectangular fueron realizados en torno a
1.590 por Marcos Cabrera y representan El ultimo sermón de Cristo, Daniel
en el pozo de los leones, El Bautismo de Cristo, La tormenta en el mar Tiberíades, La parábola del sembrador, La oración del huerto, San Pedro contemplando los
animales inmundos y Cristo lavando los pies a los Apóstoles.
Pedro de Medina Valbuena doró los paramentos de la sala y
Murillo restauró las pinturas de Céspedes que representaban a las Virtudes.
Preside la Sala Capitular un magnifico sillón de caoba tallada
en 1.592 por el escultor Diego de Velasco, precedido por el escaño del
secretario, obra del mismo artista y realizado también con excelente diseño.
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