Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad.

Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad y sus alrededores

lunes, 28 de octubre de 2013

Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, -I. Centro de Recepción de Visitantes y Exposición Permanente.

Una vez más salimos fuera de la capital, y en este caso incluso de la provincia, para visitar otro emplazamiento romano. Se trata de la ciudad de Baelo Claudia, situada en la espectacular ensenada de Bolonia, sin duda una de las playas más bonitas de nuestro país.
Sobre su origen, siempre se ha pensado que era fenicio, derivando el nombre de Baelo de la divinidad fenicia Baal. Sin embargo, hasta ahora no se ha encontrado bajo la ciudad restos algunos de este supuesto pasado fenicio, aunque es posible que existan en algún lugar cercano, aún por descubrir. Al fin y al cabo, de las dieciséis hectáreas que ocupa el recinto tan solo se ha excavado un veinte por ciento.
Centro de recepción de visitantes.

Baelo constituía el principal punto del comercio entre la península y el norte de África, en especial con la actual Tánger, aunque también mantuvo rutas con la Galia y la península Itálica.
La ocupación romana se inicia a finales del siglo II a.C. La población se dedica sobre todo a la pesca y actividades relacionadas con ésta, como las salazones y, sobre todo, la elaboración del garum, una salsa de pescado especialmente apreciada entre las clases pudientes romanas.

En época del primer emperador romano, Augusto, la ciudad adopta la típica disposición romana (con su Decumanus Maximus y su Cardus Maximus, murallas y Foro) y prospera, aumentando sensiblemente su población. A mediados del siglo I d.C. el emperador Claudio concedió al emplazamiento el título de municipium civium romanorum Claudium Baelo, momento en el que se añade el apellido de Claudia a la ciudad de Baelo, que llega a tener ceca en la que acuña moneda propia.
Tras dos siglos de gran esplendor, Baelo Claudia comienza a decaer a finales del siglo II d.C., azotada por un maremoto que se llevó por delante media ciudad y por los constantes ataques de los piratas norteafricanos y germanos. Este empobrecimiento llevó a la desaparición final del asentamiento en el siglo VII d.C.
Relieve realizado en metal, situado a la entrada del Centro, en el que se muestra la disposición del conjunto.
Pasemos a la visita en sí. Cuando llegamos a Bolonia se ve desde cierta distancia el Centro de Atención de Visitantes, obra (inequívoca) de Vázquez Consuegra, inaugurado en diciembre del 2.007. Además de servir para funciones administrativas y recepción, el Centro cuenta con dos salas de exposición permanente de piezas procedentes de las excavaciones y otra para exposiciones temporales, así como espacios para almacenaje y restauración de las mismas. El día de mi visita no tenía lugar ninguna muestra temporal, así que pasé directamente a la planta alta del museo (en realidad se encuentra al nivel del aparcamiento).
Patio interior del Centro de recepción.
Vista desde la planta superior del Centro.
En esta sala superior se nos muestra una gran maqueta con la distribución de la antigua ciudad romana, así como una serie de murales y vitrinas que nos acercan al modo de vida de sus habitantes. A ella pertenecen las siguientes fotografías:
Maqueta del conjunto.
La pieza grande corresponde a una vértebra de ballena de unos 15-20 metros de largo, datada en los siglos II-I a.C., que acabó siendo reutilizada como mesa de corte. Delante, la abundancia de conchas de ostras encontradas en la zona parece apuntar que la ostricultura estaba muy extendida en toda la zona del Estrecho durante la época romana.
Ya en la planta inferior podemos ver desde grandes esculturas hasta objetos de uso diario, cerámicas, herramientas, adornos, aras y urnas cinerarias y piezas arquitectónicas:
Conjunto de anzuelos de bronce.
Lastres y pesas usados en la pesca.
Aquí vemos más anzuelos y pesas, acompañados de un plato en cerámica negra típica del período Campanéense (siglo I a.C.) y otras piezas de terra sigilata del siglo I d.C.
Esculturas de los Silenos, dioses menores de la embriaguez en la mitología griega.
Realizadas en mármol, se situaban originariamente rematando el pulpitum del teatro (espacio que separa la orchestra de la scaena). Se presentan agarrados sendos odres, de cuyas bocas manaban chorros de agua que caían sobre piletas adosadas al muro.
Fragmento de pie de una estatua colosal, encontrada en el Capitolio y fechada en los siglos II-I a.C.
Escultura de dama. Mármol, siglo I d.C. Puerta de Carteia.
Zuncho y cepo de ancla.
Diferentes tipos de ánforas. Factoría de salazones. Desde siglo II a.C. hasta siglo V d.C.
Pie de candelabro. Mármol. Siglos I-II d.C.
Mortero de mármol. Siglos I-II d.C. Encontrado en el Macellum (mercado).
Copia de reloj de sol (el original se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid). Realizado en mármol, está fechado en el siglo I d.C. y fue encontrado en una vivienda del barrio meridional.
Capitel corintio del siglo II d.C. Hallado en el área del Foro.
Hacha y pico, ambos de hierro. Se desconocen sus datos cronológicos y su procedencia.
Canalizaciones de plomo del siglo I d.C. pertenecientes a un tramo del decumanus maximus.
Placas votivas dedicadas a la diosa Isis, encontradas en su templo. Ambas son de los siglos II-I a.C.
Vitrina con diferentes objetos:
ARRIBA
1. Placa votiva dedicada a Isis. Siglo II d.C.
2. Arco de fíbula de bronce, encontrado en el templo de Juno. Siglo I d.C.
3 y 4. Hebilla de cinturón y punzón en hierro, con aguja de bronce. Siglos I-II d.C. Necrópolis oriental.
5. Pulsera de bronce. Siglos I-II d.C. Necrópolis oriental.
6. Amuleto fálico. Bronce. Siglo I d.C. Tienda del Foro.
7. Espejo de bronce. Siglo I d.C. Necrópolis oriental.
8. Estatuilla representando a Júpiter. Siglos I-II d.C. Macellum.ABAJO
16. Terra sigillata hispánica altoimperial.
17. Seis fichas de juego y dados. Mármol.
18. Ungüentario de vidrio. Siglo I d.C. Necrópolis oriental.
ARRIBA
9. Llave de bronce. Siglos I-II d.C. Teatro.
10. Pinzas de bronce. Siglos I-II d.C. Necrópolis oriental.
11. Espátula de bronce. Siglos I-II d.C.
12. Instrumental quirúrgico, de bronce. Siglos I-II d.C.
13 y 14. Figuras de gladiador en terracota. Siglo I d.C.
15. Fragmento de asa de lucerna zoomorfa. Siglo I d.C. Tiendas del Foro.
ABAJO
19. Lucerna de piquera con volutas. Siglo I d.C. Decumanus maximus.
20. Lucerna de piquera redondeada sin volutas, con asa.  Siglos I-II d.C. Cripta del templo de Minerva.
21. Lucerna de piquera con volutas. Siglo I d.C. Decumanus maximus.
22. Lucerna africana. Siglo VI d.C. 
Ara funeraria y urna cineraria. Calcarenita fosilífera. Siglo I d.C.  Necrópolis oriental.
Columna restaurada. Calcarenita fosilífera. Siglo I d.C.  Basílica.
Figuras antropomorfas, betilos. Siglos I-II d.C.  Necrópolis oriental.
Inscripciones funerarias.
Izquierda: Siglo VI d.C. Teatro. "Sabina, mujer honorable, vivió aproximadamente veinte años. Descansa en paz".
Derecha: Siglos Siglos I-II d.C.  Necrópolis oriental. "Lucius Fabius Novellus, edad 68 años. Su madre hizo construir este monumento. Ella reposa aquí. Que la tierra le sea ligera".
Izquierda: dedicatoria al emperador Claudio.
Derecha: diploma militar.
Monedas acuñadas en Baelo Claudia. Conjunto de 25 denarios de plata. Años 60 d.C. - 147 d.C. Encontrados en una taberna del decumanus maximus.
Collar de pasta vítrea. Siglo I d.C. Necrópolis sureste.
Urnas cinerarias encontradas en la necrópolis sureste. Siglos I-II d.C.


"Muñecos" esculturas o cipos funerarios. Siglo I d.C. Encontrados por Jorge Bonsor en la necrópolis sureste. Presentes en las tumbas, no se sabe si representan al fallecido, a dioses menores o espíritus protectores, aunque su morfología tan variada hace pensar que en ellos se fusionan elementos prerromanos con otros muchos posteriores, lo que hace que las formas vayan cambiando notablemente a lo largo del tiempo.

El Centro de Recepción dispone de ascensor, pero la visita a las excavaciones es dificultosa por la naturaleza del pavimento y las pronunciadas pendientes en algunos lugares.

1 comentario:

  1. Me reafirmo en todo lo positivo que te he comentado anteriormente, Pepe.

    ¡Qué arte tienes elaborando dignisimos y extraordinarios trabajos!

    Un abrazo.

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