Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad.

Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad y sus alrededores

jueves, 18 de octubre de 2012

Iglesia del Santo Sepulcro y de san Gregorio Magno, I.



En 
1592, a instancias de Felipe II, se instituyó en Sevilla el Colegio de San Gregorio, para jóvenes Ingleses, hijos de padres católicos, que quisiesen seguir los estudios eclesiásticos en España, haciendo voto de volver a Inglaterra "como ministros del Evangelio, párrocos y pastores de los católicos ocultos en aquel Reino por la persecución". Se erigió el Colegio con bula de Clemente VIII, "con facultad de graduarlos en todos los grados de literatura que se dan en las Universidades". Estudiaban aquí Filosofía, Teología Escolástica, "y las controversias en defensa de los sagrados dogmas de nuestra fe santa. Por ella son muchos los colegiales de este Colegio que han padecido martirio en Inglaterra".
Fachada de la iglesia.
Tanto el colegio de los ingleses como el de los irlandeses quedaron bajo la supervisión de la Compañía de Jesús, aunque con rectores propios. Los conflictos, políticos y económicos, provocaron que fuese ordenado el último estudiante inglés en 1.697. Tras dos décadas sin ejercer función, los irlandeses (a quienes no faltaban postulantes) se hicieron cargo del centro que, a pesar de todo, siguió siendo conocido como “colegio de los ingleses”.

Con motivo de la expulsión de España de la Compañía de Jesús en 1.767 por orden de Carlos III, el edificio pasó a ser propiedad del Estado. Más tarde radicó en él la Real Sociedad Médica de Sevilla, entidad fundada en el año 1.697. Los frailes mercedarios obtienen hasta la actualidad la cesión de la iglesia, con el compromiso de colocar las imágenes en el Retablo Mayor. 

La iglesia pública de estos años era de tamaño mediano y contaba con tres naves separadas por arcos de medio punto apoyados sobre columnas de mármol blanco, con un altar principal formado por lienzos, representando el central al papa san Gregorio Magno, titular del templo.

Fue cerrada al culto en 1.810 (invasión napoleónica) y sufrió importantes restauraciones en 1.830, 1.869, 1.940 y 1.959, que le dieron el aspecto que ahora muestra.
San Gregorio Magno. Zurbarán, 1.626. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Exteriormente la iglesia presenta una imagen muy sobria, cuyo elemento más relevante es un sencillo y amplio hueco de acceso, ligeramente abocinado, adaptado para las salidas procesionales. Presenta una moldura que le hace parecer un arco conopial, aunque en realidad es simplemente rectangular, sin dintel y con las esquinas redondeadas.
Portada de la iglesia.
Detalle de la portada.
Entramos en el templo y comprobamos que las tres naves están separadas por columnas de mármol blanco que sostienen arcos de medio punto. Al fondo vemos el altar mayor, que muestra tan solo la Custodia y la figura del Cristo Yacente, sin más adornos ni acompañamiento. Los techos de las naves son rasos, encontrándose el coro elevado, sobre la entrada a la iglesia.
Vista general desde la puerta de entrada.
Nave de la Epístola, mirando desde el mismo punto.
Nave del Evangelio.
Tras entrar, giramos a nuestra derecha, comenzando el recorrido por los pies de la nave de la Epístola y haciendo el resto del trayecto en sentido contrario a las agujas del reloj.
Pila para el agua bendita.
A los pies de la nave, sobre un confesionario, vemos una vidriera moderna con motivos geométricos. En la nave del Evangelio se repite la misma disposición.
Vidriera moderna y confesionario a los pies de las naves de la Epístola y Evangelio.
La nave de la Epístola desde los pies.
Ya en el muro de la Epístola se sitúa un retablo dedicado a “san Serapio, mártir, abogado de la salud”, como reza el texto grabado en la peana. De la talla no he podido averiguar nada, pero el santo, de origen irlandés, vivió en el siglo XII e ingresó en la Orden Mercedaria tras conocer a san Pedro Nolasco. Como éste, se prestó como rehén a cambio de un cautivo y fue martirizado atado a una cruz de san Andrés y sacándole los intestinos con un torno (hay que tener imaginación… y mala leche).
Retablo de san Serapio.
San Serapio, mártir, abogado de la salud.
Le sigue un retablillo con figura moderna de san Pancracio, de pequeño tamaño.
San Pancracio.
Después aparece el retablo de san Pedro Pascual, abogado de los estudiantes, como nos indica el rótulo situado a sus pies.
Retablo de san Pedro Pascual.
San Pedro Pascual, abogado de los estudiantes.
Nuevo retablillo, en esta ocasión con la efigie de la Virgen de Fátima, advocación bastante arraigada en la ciudad.
Virgen de Fátima.
El retablo de san José con el Niño, aún más frecuente en nuestras iglesias, es el que sigue.
Retablo de san José.
San José con el Niño.
La parte final del muro acoge un crucificado de tamaño menor al natural y, a su lado, un lienzo de gran tamaño que nos muestra a un fraile mercedario con báculo y grilletes a sus pies. La capilla de la cabecera de la nave de Epístola está cubierta por una gran cortina de damasco rojo, ignoro si de manera provisional o permanente.
Zona de la cabecera de la Epístola. Se observa la capilla (cerrada), el Crucificado y el gran lienzo.
Crucificado.
Fraile mercedario. ¿?
Nave de la Epístola, vista desde la cabecera.
Continuará...

Existe un escalón y medio de entrada.

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