El origen de este templo se remonta al veinte de agosto del año 1.247, día de san Bernardo, momento en que se inicia el cerco a Sevilla por Fernando III, quien orde-na la construcción de una ermita en este lugar.
En 1.593 se construye un templo de mayores dimensiones, del que bien poco se conoce, para poder acoger el aumento de la feligresía del arrabal. Esta iglesia es derribada en 1.780, momento en que se inicia la construcción del templo actual, según planos del arquitecto José Álvarez, siendo inaugurada y bendecida cinco años más tarde. Su estilo responde al período de transición entre las arquitecturas barroca y neoclásica.
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Fachada lateral de la iglesia de san Bernardo. |
En los sucesos del 18 de julio de 1.936 sufrió las iras de la turba incendiaria, aunque con menos ensañamiento que en otros lugares, por lo que, aunque se perdieron enseres e imágenes, se pudo salvar algunas, a las que se añadieron varias más procedentes de diferentes parroquias y conventos. Así, varios de los retablos y esculturas que podemos ver actualmente proceden del cercano convento dominico de santo Domingo de Portacoeli.
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La misma fachada, desde el otro lado. |
La portada principal tiene arco de medio punto en el vano de entrada,
enmarcándose con columnas toscanas. Sobre el arco, vemos un frontón recto
partido, en el que se alberga una hornacina con la imagen de san Bernardo. Una
Giralda entre jarras de azucenas, símbolos del Cabildo Catedralicio, remata el
conjunto, al igual que vimos en la portada principal de san Roque.
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Fachada principal. |
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Fachada principal y torre-campanario. |
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Portada principal. |
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San Bernardo preside la portada principal. |
En el lado del Evangelio se localiza una portada
lateral, también con arco de medio punto y pilastras cajeadas, coronada con un frontón partido.
En este muro están colocados dos retablos cerámicos modernos, de 1.988, pintados por Manuel Ruiz Gil con motivo del quincuagésimo aniversario de la
llegada del Cristo a la hermandad, y que representan a los titulares de la misma:
el Santísimo Cristo de la Salud y María
Santísima del Refugio.
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Torre y fachada lateral. |
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Cúpula del crucero. |
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Retablo cerámico de María Santísima del Refugio. |
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Retablo cerámico del Santísimo Cristo de la Salud. |
La torre campanario, alta y esbelta, está ubicada
en la esquina izquierda de la portada principal. De estilo muy semejante al de
las torres de san Ildefonso, se compone de dos cuerpos; en el primero se sitúan
una serie de ventanas lobuladas y balconcillos rematados con pequeños
frontones; el cuerpo de campanas muestra un arco de medio punto en cada cara,
con un par de pilastras cajeadas a cada lado, adornadas con azulejos azules. El
remate se apoya sobre una base cerrada por una balaustrada cegada adornada con
pináculos; es octogonal, con sendos arcos de medio punto, unos cegados y otros
abiertos, cubiertos por un cupulín
decorado con azulejos azules y blancos y rematado todo por una cruz de forja.
Todo el edificio se cierra mediante una reja de
hierro instalada en el momento de la construcción del templo.
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Torre de la iglesia. |
Bernardo de
Claraval
(1.090-1.153) recibió, al igual que sus siete hermanos, una excelente
formación en religión, latín y literatura. Amigo de juergas y
francachelas, el joven Bernardo, amable, simpático, inteligente y bondadoso tuvo
durante un sueño la visión de la Virgen entregándole al Niño Jesús para que lo
amara y lo hiciera amar por los demás.
Ni corto, ni perezoso, se marcha al monasterio
del Císter, donde es admitido por san Esteban con gran alegría, ya que hacía
quince años que no recibían nuevos hermanos. Bernardo regresa a su casa para
comunicar la noticia y, en principio, todos se oponen; sin embargo, a base de convicción
y perseverancia, cuando regresó al convento iba acompañado de todos sus
hermanos varones, sus tíos y treinta y un compañeros más. Más tarde se les unirían
su padre y su hermana con su cuñado. Y es que, al parecer, Bernardo, "el
cazador de almas y vocaciones", como le llamaban, tenía tal capacidad de
convicción que las novias de los lugares por donde pasaba tenían terror de que
el santo pudiera hablar con sus novios.
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San Bernardo, representado en un manuscrito cisterciense del siglo XIV. |
Con tan solo veinticinco años se le encomendó
fundar un convento. Escogió el lugar de Claraval ("valle claro"), un sitio apartado en el que los religiosos tuvieran que trabajar duro para su sustento. Comenzó
con veinte monjes; a los pocos años tenía ciento treinta. De Claraval partieron
monjes a fundar otros 63 conventos.
Viajero incansable (muy a su pesar) era respetado
como mediador en todo tipo de conflictos, llegando a evitar más de una guerra.
Como curiosidad, señalar que fue él quien escribió la vida de san
Malaquías, el cual murió en sus brazos camino de Roma.
La iglesia de san Bernardo tiene planta
rectangular, con tres naves de cuatro tramos cada una, crucero, presbiterio,
coro a los pies y capillas en las cabeceras de las naves laterales. Las naves
aparecen separadas por pilastras rectangulares que sostienen arcos de medio
punto, con bóveda de cañón en la nave central y vaídas en las laterales. También
son de cañón las bóvedas del presbiterio y las de los brazos del crucero, en
tanto que el crucero propiamente dicho se cubre con bóveda de media naranja con
linterna, que se apoya sobre pechinas decoradas con yeserías y pinturas al
fresco que representan a los cuatro Evangelistas.
Pero no nos adelantemos, que primero hay que
entrar en la iglesia. Se accede a ella por la puerta principal, situada en la
calle Santo Rey. Desde allí obtenemos las primeras vistas del interior:
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Vista general desde la entrada principal. |
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Nave del Evangelio desde el mismo lugar. |
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Nave de la Epístola. |
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Coqueta y pequeñita la pila para el agua bendita. |
Iniciamos el recorrido por nuestra derecha (nave
de la Epístola) en sentido contrario a las agujas del reloj.
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La nave de la Epístola, vista desde los pies de la misma. |
El primero en nuestro recorrido es neoclásico, el retablo de Nuestra Señora del Rosario. Alberga una imagen de candelero, de tamaño natural, del siglo XVIII, que pudo salvarse de los sucesos de 1.936 por hallarse fuera del templo, escondida en casa de su camarera. El Niño Jesús es algo más antiguo, muy del estilo del siglo XVII.
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Retablo de Nuestra Señora del Rosario. |
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Virgen del Rosario. |
El retablo
de la Anunciación, de estilo rococó, con abundante rocalla, es anónimo, del
tercer cuarto del siglo XVIII. En él se exhibe una notable pintura de la
Anunciación y, a los lados, relieves con figuras de san Ignacio y san Francisco
Javier, más otro relieve en el ático que representa a san Benito, san Bernardo
y santo Domingo. En el altar del retablo se mostraba una urna con la figura
yacente de la Virgen del Tránsito, de gran mérito y procedente del desaparecido
convento de san Agustín. El retablo sufrió importantes mutilaciones en la
Guerra Civil, quedando la pintura principal muy dañada.
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Retablo de la Anunciación. |
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Pintura de la Anunciación, con relieves de san Ignacio de Loyola y san Francisco Javier a sus lados. |
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Ático del retablo de la Anunciación. El relieve central representa a
san Benito, san Bernardo y santo Domingo. |
De la misma época del anterior, en el retablo de san José aparece
la imagen del Santo Patriarca, portando al Niño Jesús en sus brazos,
fechados en la misma época que el retablo. Santa Ana (izquierda) y la Virgen
del Carmen (derecha) se sitúan a los lados y, en el ático, un lienzo representa
La Coronación de la Virgen. En la zona
del banco se mostraban varias figuras de barro de un Nacimiento y otras más de
las que no se encuentran datos, que desaparecieron en el 36.
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Retablo del Cristo de la Salud. |
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El arcángel san Rafael, en el ático. |
La imagen del Santísimo Cristo de la Salud fue encargada el
17 de enero de 1.669. Sobre su autoría hay división de opiniones. José de
Arce, Andrés Cansino (discípulo del anterior), Francisco Antonio Ruiz Gijón
(pupilo a su vez de Cansino) o Pedro
Roldán son considerados los autores, según la fuente consultada, de esta
magnífica talla, realizada sobre madera de cedro policromada, de 1, 75 metros de altura.
La imagen estaba situada inicialmente en el
retablo mayor de la Escuela del Espíritu Santo, pasando posteriormente al
convento de la Paz y, finalmente a la
Sala de Juntas de la Escuela de la Natividad, junto a la
iglesia de la Santa Cruz.
El 12 de enero de 1.938 fue cedido a la hermandad de san Bernardo, por
mediación del cardenal Segura, para sustituir a la imagen que ardió en el
incendio del 18 de julio de 1.936.
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Nuestro Padre Jesús de la Salud. Siglo XVII. |
Representa a Cristo tras su muerte, con el cuerpo relajado y brazos alineados
con el
patibulum, con l
as manos abiertas y clavadas en él. El paño de pureza se sujeta
con una cuerda, con lazo anudado en la cadera derecha dejando al descubierto
este costado. Muestra cinco llagas, en las manos, los pies y el costado.
La cabeza se inclina sobre el pecho, hacia el lado derecho, mostrando la corona de
espinas tallada en el mismo bloque de cedro. En las rodillas se aprecian las heridas
provocadas por las caídas durante el camino de la amargura.
Llegado hemos a la oscura cabecera de la nave de
la Epístola. Tras solicitar el encendido de las luces, y ser atendidos
amablemente por un miembro de la parroquia, descubrimos la capilla de Nuestra Señora del Patrocinio. Está ocupada por un retablo
de 1.690 con columnas salomónicas, obra de Fernando de Barahona, que alberga en
su hornacina principal una escultura de la Virgen del
Patrocinio. La talla es del siglo XVIII, de candelero y tamaño académico,
donada en 1.940 por doña Carmen de la Milla, que vino a sustituir a la antigua
imagen destruida en 1.936. Fue restaurada por Dubé de Luque en 1.972.
El acceso de personas con movilidad reducida es
imposible por la calle Santo Rey (portada principal), debido a la existencia de
cinco escalones sin rampa. Hay dos entradas laterales en la calle Santísimo
Cristo de la Salud; una de ellas tiene cuatro escalones, en tanto que la más
alejada (casi en la calle Alonso Tello) me parece recordar que tan solo presenta un pequeño resalte.
Hola, hay un errata al decir que la iglesia es de transición entre gótico y neoclásico, lógicamente tiene que ser barroco y neoclásico. Otro detalle, creo que iconográficamente la imagen lateral del retablo de la Virgen del Patrocinio se corresponde con santa Rita de Casia no con santa Teresa
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por el blog que nos permite tener un archivo fotográfico de nuestras iglesias a mano.
Efectivamente, amigo Anónimo, quise decir barroco y no gótico. Está visto que por mucho que se repasen los textos, siempre hay algún gazapo que se escapa.
ResponderEliminarEn cuanto a la imagen del retablo de la Virgen del Patrocinio, ya me extrañó, cuando le pregunté a la persona que me encendió las luces, que se representara a santa Teresa tan joven; más bien daba la impresión de tratarse de santa Rita, como bien apuntas, o incluso de santa Rosa de Lima. En cualquier caso, ya está aclarado el asunto y rectificados ambos puntos en la entrada.
Gracias por ayudar a pulir estos detalles que a veces se le pasan a un profano (en todos los sentidos) como yo.
Saludos.