En 1.911, el marqués del Nervión, dona los
terrenos del Cortijo Maestrescuela de su propiedad, para la construcción de la
nueva cárcel de Ranilla y el Matadero Municipal. El arquitecto Aníbal González
estudió estos solares y ofreció un trazado inicial para construir en ellos un
barrio, basado en los proyectos del prestigioso urbanista británico Ebenezer
Howard, el cual planteaba una forma de vida donde el hombre viviera en la naturaleza
sin renunciar a las ventajas de la ciudad, con un lema inicial: “Cada familia
una casa y cada casa un jardín”. Propugnaba una ciudad con un centro circular,
en el que se instalaban los comercios, y calles con edificios residenciales que
partían radialmente de dicho centro.
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Fachada principal de la iglesia de la Inmaculada. |
El proyecto contemplaba una gran iglesia, de cruz
latina y dos torres en su fachada, presidiendo la gran plaza central. Del
proyecto, como suele ser habitual, se ejecutó tan solo la mitad, que forma la
actual barriada de Ciudad Jardín, la cual, inicialmente, sirvió de residencia a trabajadores y
turistas venidos a la ciudad con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1.929.
El entonces cardenal de la diócesis, don
Eustaquio Ilundain, viendo el crecimiento del barrio y que el número de
vecinos iba aumentando, se volcó con este proyecto y planificó la institución
de una parroquia. Se compró un solar a la Inmobiliaria Nervión y se encargó el
proyecto al arquitecto municipal Antonio Arévalo, que se inspiró en la nave
central de la basílica de san Pedro.
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Cardenal Eustaquio Ilundain. |
El lunes, nueve de noviembre de 1.925, se colocó
la primera piedra. El diez de mayo de 1.929, día siguiente de la inauguración
de la Exposición Iberoamericana, se bendijo el templo, que no se acabó hasta el año
siguiente.
Su estilo arquitectónico es renacentista, con
algunos detalles barrocos. Se empleó para el exterior ladrillo fino prensado,
rojizo para los fondos y amarillento para los cuerpos salientes y elementos
decorativos. En el zócalo del cuerpo central de la fachada principal se empleó
piedra de Sierra Elvira, y para las balaustradas, flameros y remates, piedra de
Novelda. El interior está construido con ladrillo, revestido de un color claro.
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La imagen de la Inmaculada Concepción preside la portada principal. |
La fachada principal consta de dos cuerpos y
ático. En el inferior, dos pares de columnas de fustes estriados enmarcan el
vano adintelado, coronado por frontón curvo partido, bajo el que se sitúa una
placa de mármol blanco con la leyenda: “HAEC EST DOMVS DEI ET PORTA COELI“
(Esta es la Casa de Dios y Puerta del Cielo).
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Frontón curvado de la portada principal. |
El segundo cuerpo presenta también dos pares de
columnas de la misma forma y tamaño, además de un tercer par, más pequeño, que
enmarca una hornacina donde se aloja una escultura en piedra de la Inmaculada
Concepción, de 1,82
metros de alto, ¿¿¿copia moderna de la original???, de
Alonso Cano, de principios del siglo XVII.
El ático se remata con doble frontón, sobre el
que se sitúa una efigie del Sagrado Corazón de Jesús, de dos metros y medio de
alto, pagada mediante suscripción popular y encargada a Manuel Delgado
Brackembury. Dicen que la peana presenta la inscripción: “VENITE AD ME OMMES...
ET EGO RECIFIAN VOS”, “Venid a Mí todos... y yo os aliviaré”.
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Segundo cuerpo, ático y torre de la fachada principal. |
La torre se encuentra ubicada a los pies de la
nave del Evangelio, orientada hacia el sur. Consta de tres cuerpos decrecientes
en altura y anchura. El primero está embutido en el templo; el segundo, de
sección cuadrangular, dispone de cuatro arcos de medio punto con sendas
campanas; el tercero es poligonal, con ocho caras, alternando vanos de medio
punto y pilastras. Remata el conjunto una cúpula ortogonal, decorada con azulejos, sobre la que se sitúa una cruz de forja, alcanzando una altura total de 33 metros.
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Torre-campanario de la iglesia de la Inmaculada. |
La fachada lateral, en el lado de la Epístola, se abre a la avenida de la Cruz del Campo. Es más sencilla, con vano adintelado, frontón triangular sostenido por multitud de pequeños canecillos y cruz de piedra en el remate.
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Vistas del templo desde la acera de enfrente, en avenida de la Cruz del Campo. |
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Portada de la Epístola. |
En las noches del 18 y 19 de julio de 1.936, el
templo fue atacado, destrozadas las puertas, arrancado el mármol del pavimento
y quemadas por completo la imagen de la Inmaculada del Altar Mayor (atribuida a
Martínez Montañés, procedente del convento de las santas Justa y Rufina) y la
imagen del Santísimo Cristo de la Sed (obra de Antonio Illanes). Un año
después, el jueves 11 de marzo, tras la restauración de la iglesia y a falta
tan solo de completar el enlosado de la puerta, se coloca una nueva imagen de
la Virgen Inmaculada (de la escuela de Martínez Montañés, procedente del
convento de las religiosas del Socorro) en la hornacina central del Altar Mayor,
y se procede a la reapertura del templo.
La planta del templo es de cajón, con tres naves
separadas por pilastras, en las que se apoyan arcos de medio punto. La bóveda
de la nave central es de cañón, con arcos fajones y lunetos.
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Vista del templo desde la entrada. |
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Bóveda de cañón de la nave central. |
Comenzamos la visita entrando por la puerta
principal y recorriendo el templo en el sentido contrario a las agujas del
reloj. En los pies de la Epístola se sitúa el altar de santa Ángela de la Cruz, de estilo rococó con elementos
neoclásicos. Lo preside una imagen de vestir de la madre Angelita, en actitud
de bendecir con la mano derecha y portando un cesto de esparto en el brazo
izquierdo.
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Retablo de santa Ángela de la Cruz. |
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La Madre Angelita. |
Le sigue el retablo de Nuestra Señora del Carmen, imagen de vestir de tamaño natural, obra del escultor contemporáneo Rafael Barbero Medina (1.945). Lleva sobre su mano izquierda al niño Jesús.
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Retablo de Nuestra Señora del Carmen. |
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Virgen del Carmen. Rafael Barbero Medina, 1.945. |
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Ático del retablo. |
No hay
impedimento para personas con movilidad reducida.
Buenas tardes Sr. Pepe Becerra. Ante todo felicitarle por su trabajo, a muchos de nosotros nos sirve de referencia por sus fotos y textos. Cuando alude a la Inmaculada de Alonso Cano que hay en hornacina de la fachada principal, lo hace con dudas. Le remito al libro "Conventos femeninos desaparecidos Sevilla- Siglo XIX" de Mª Luisa Fraga Iribarne. En él explica cómo el Cardenal Illundaín lleva a la Parroquia las 2 Inmaculadas procedentes del desparecido convento Concepcionista de san Juan de la Palma. La talla en madera de Felipe de Ribas para el altar mayor y la escultura pétrea de Cano para la hornacina exterior. Muchas gracias por su trabajo. Saludos cordiales. Rosa García
ResponderEliminarDisculpe el error ortográfico: es el Cardenal Ilundain
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