Tal como narraba en la entrada correspondiente al
palacio de los duques de Medinaceli (Casa de Pilatos), don Fadrique Enríquez de
Ribera, Adelantado Mayor de Castilla, tras regresar de un peregrinaje a Tierra
Santa, en el que conoció además diversas ciudades de la península Itálica en pleno
apogeo del Renacimiento, amplía y reconstruye el palacio familiar. Además de
dotar a éste de las típicas características renacentistas que había
contemplado, instauró en 1.521 la celebración de un Santo Vía Crucis que
comenzaba en la capilla de las Flagelaciones del propio palacio y terminaba en
un pilar situado en la entonces conocida como Huerta de los Ángeles. Constaba
de doce Estaciones.
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Inicio actual del Vía Crucis a la Cruz del Campo, en la fachada de la Casa de Pilatos. |
Don Fadrique, al parecer, había comprobado
personalmente que el número de pasos que separaban el pretorio de Pilatos y el
monte Calvario era de 1.321, que equivalían a 997 metros actuales, aunque según Google Maps la distancia es de unos dos kilómetros.
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Imagen antigua del templete de la Cruz del Campo. |
Posteriormente, en el año 1.630, se trasladan tanto el inicio, que pasa a estar en la cruz de mármol situada en la fachada de
la Casa de Pilatos, como la finalización de la ceremonia, que pasa a situarse en el cercano humilladero de la Cruz del
Campo. Este lugar había sido construido modestamente, presidido por una cruz de madera, en 1.380
por un grupo de fieles negros pertenecientes a la Hermandad de Nuestra Señora
de los Ángeles (Los Negritos), fundada en el siglo XIV por el arzobispo Gonzalo
de Mena.
Fue reconstruido por el asistente Diego de Merlo en 1.482, labrando
nueva cruz en piedra, que se cubrió con un hermoso templete mudéjar. La actual
cruz de mármol se atribuye a Juan Bautista Vázquez, el Viejo, tallada con
las imágenes de Cristo y María en el año 1.571.
Más tarde, en 1.720, se amplía el número de
Estaciones de doce a catorce.
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Retablo de mármol con cruz del mismo material. |
El Vía Crucis a la Cruz del Campo se celebró
ininterrumpidamente hasta 1.873, restableciéndose su celebración en 1.957, por los
descendientes del marqués de Tarifa, que
forman una Pía Unión junto con catorce cofradías sevillanas. Desde
1.986, tras unos años de decadencia, el Vía Crucis se celebra cada primer
viernes del mes de marzo por La Pía Unión en el interior del Palacio, dada la
imposibilidad actual de realizar el recorrido original debido al tráfico de la
zona.
Hasta el año 1.957, las Estaciones del Vía Crucis
estaban señaladas por cruces de madera, siendo sustituidas ese año por retablos
cerámicos, algunos de los cuales (cuatro) se conservan, en tanto que otros (la
mayoría), han debido ser sustituidos por deterioro.
Estación I. El azulejo representa el
misterio de la Sentencia, de la Hermandad de la Macarena. En un
principio, se colocó en 1.959 bajo el balcón principal del palacio, hasta su
pérdida en los años ochenta. Tan sólo quedó el texto, partido en varios trozos,
que se fijó en su lugar actual, junto al retablo de mármol de la fachada
principal.
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Estación I. Sentencia de muerte de Jesucristo. |
En 1.995 fue repuesto sobre el panel conmemorativo de la restauración de 1.957,
en la plaza de Pilatos número 2, residencia de los señores de Pablo Romero,
siendo realizado por el ceramista Juan Aragón Cuesta, con taller en calle Águilas.
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Azulejo con la historia del Vía Crucis. |
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En esta esquina aparecen los retablos de las dos primeras Estaciones del Vía Crucis. |
Estación II. Situado también en la
fachada de la casa de los Pablo Romero, junto a la puerta de la cochera y formando
ángulo de noventa grados con el anterior, este retablo cerámico nos presenta a
Jesús con la Cruz al hombro, representado por el Cristo del Silencio. Fue
pintado por Alfonso Chaves y fabricado por Ramos Rejano, en 1.958.
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Estación II. Jesús es cargado con la cruz. |
Estación
III. En
la fachada de la Puerta de la Epístola de la iglesia de san Esteban encontramos
el azulejo encontramos la imagen con la Primera Caída de Jesús, mostrada por la
figura de Nuestro Padre Jesús de las Penas, de san Vicente. Realizado por Pedro
Navia en 1.959, quedó destruido durante la restauración de la iglesia en 1.990,
siendo sustituido cinco años más tarde por otro, de Juan Aragón Cuesta.
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Azulejo de la Estación III. Vista general. |
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Estación III. Primera caída de Cristo. |
Estación
IV.
Situado en el arranque de la calle Muro de los Navarros, esquina calle San
Esteban, lugar en el que se situaba antiguamente una de las esquinas del
desaparecido convento de san Agustín. Fue colocado en 1.959, aunque desapareció
posteriormente hasta ser repuesto en 1.995, representando a Nuestro Padre Jesús
del Gran Poder, realizado por Juan
Aragón Cuesta, con taller en la calle Águilas, 25, según se puede leer en
el mismo azulejo.
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Azulejo de la Estación IV. Vista general. |
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Estación IV. Encuentro de Jesús con la Virgen. |
Estación V. También de Juan Aragón
es la cerámica de esta Estación, situada en la calle Luis Montoto, a la altura
del número 23. El azulejo original se perdió con la demolición del puente de
la Puerta Carmona y edificios colindantes. Se repuso en 1.995 en el mismo lugar
aproximado, aunque con la particularidad de que el actual es apaisado en vez de
vertical, como el primitivo. Representa la imagen de Nuestro Padre Jesús de
Pasión, ayudado por el Cirineo.
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Azulejo de la Estación V. Vista general. Es el único que cuenta con antena parabólica (hay que tener poca sensibilidad). |
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Estación V. El Señor es ayudado por el Cirineo. |
Estación VI. Representa a Nuestro
Padre Jesús con la Cruz al Hombro, de la Hermandad del Valle, ante la mujer
Verónica. Localizado en la fachada de la Epístola de la iglesia de san Benito,
es de los pocos azulejos originales que quedan de Pedro Navia, de 1.959.
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Azulejo de la Estación VI. Vista general. |
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Estación VI. Encuentro de Jesús con la Verónica. |
Estación
VII. El
primitivo azulejo de esta Estación estaba situado en la calle Luis Montoto,
número 61, portal 2, y representaba a Jesús de las Tres Caídas de la Hermandad de san
Isidoro. En los años 70 del siglo pasado desaparece al ser derribado el
inmueble, no siendo repuesto hasta el año 95. El nuevo retablo, de Juan Aragón,
nos muestra a Nuestro Padre Jesús de la Salud, titular de la Hermandad de la
Candelaria.
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Azulejo de la Estación VII. Vista general. |
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Estación VII. Segunda caída del Nazareno. |
Estación
VIII. El
azulejo corresponde a Nuestro Padre Jesús de la Salud, titular de la Hermandad
de los Gitanos. El primitivo azulejo fue bendecido en 1.959 en la fachada del
antiguo número 91, esquina a calle Céfiro, años más tarde retirado al
construirse un bloque de pisos. En 1.986 la Hermandad lo repone sobre la
fachada del antiguo Instituto de Puericultura, encargando las cuatro partes de
la estación (texto, imagen, escudo y cruz) a Juan Aragón en el taller de calle Águilas. Justo un año después hubo de ser
retirado de nuevo por remodelación del edificio, que se convierte en la sede de
la Dirección Provincial del SAS, siendo repuesto en 1.988 en perfecto estado de
conservación en el mismo lugar, actual número 87 de calle Luis Montoto. Es el
único que tiene una cruz pequeña en cerámica sobre el escudo de la Hermandad.
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Azulejo de la Estación VIII. Vista general. |
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Estación VIII. Encuentro de Jesús con las Santas Mujeres. |
El azulejo original de 1.959, que se creía perdido, apareció en 1.994 en la
Casa de Pilatos, siendo entregado a la Hermandad, que lo restaura, dotándolo de
un marco y situándolo en el interior de su Casa de Hermandad, en la calle
Socorro, número 10.
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Antiguo azulejo de la Estación VIII. |
Finalizamos aquí la primera parte del recorrido.
Quiero agradecer muy especialmente las facilidades proporcionadas por los administradores de la página www.retabloceramico.net/ a la que pertenecen todas las fotografías de primeros planos y textos de los azulejos de las catorce estaciones.
Como no hay que entrar en ningún edificio, las únicas limitaciones están marcadas por las existentes en la vía pública. En general, no he observado ninguna dificultad.
Desde Cádiz mi mas sincera enhorabuena por este fantástico blog. Lo sigo desde hace unos meses y he de reconocer que todo lo que he descubierto y aprendido en él me ha hecho enamorarme más si cabe de esta bella e histórica ciudad. Me fascina el vasto legado cultural que guarda y la cantidad de leyendas, desconocidas la mayoría para mí. Muchas gracias por compartirlo.
ResponderEliminarGracias a ti por comentar, Jesús, desde esa Cádiz en la que tanto tiempo he pasado y a la que quiero tanto.
ResponderEliminarEspectacular.. gran trabajo, y muy buena información..
ResponderEliminarMe encanta y sigo la historia de Sevilla.. en todos los tiempos..
Felicitaciones..
Gracias a ustedes podemos ilustrarnos y aprender a través de vuestros trabajos y dedicación.. Un Saludo..!!
Me aburroooooo....🥱
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