La
actual hermandad que reside en esta capilla es fruto de la unión, en diferentes
épocas, de distintas hermandades: Hermandad de Luz de Nuestra Señora de la
Esperanza (fundada en 1.418 por el gremio de los ceramistas), San Juan Evangelista
(1.542, pescadores), Las Tres Caídas de Cristo y Nuestra Señora de la Salud
(1.616, marineros) y, finalmente, la Hermandad Sacramental de la iglesia de
Santa Ana en 1.971.
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Capilla de los Marineros. |
Desde su
fundación, la hermandad conoció, merced a diversas vicisitudes, varias
ubicaciones: iglesia de santa Ana, convento del Espíritu Santo (en la Capilla
de san Cristóbal), iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, iglesia del
hospital de la Encarnación y, finalmente, una capilla costeada por los cofrades
marineros en la entonces calle Larga (actual Pureza) en el año 1.815.
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Segundo cuerpo de la portada de la capilla. |
En
1.868, la Junta Revolucionaria expropia la capilla y la pone en subasta,
adjudicándose a dos ingleses que la dedicaron al culto anglicano. Después tuvo
otros usos: teatro, cine, almacén de corcho, de carbones, etc.
Entretanto,
las imágenes se depositan en la iglesia de san Jacinto, donde residen casi un
siglo. En 1.939 se hace con la capilla Carlos Jorge Welton Niño, que la cede la
hermandad por la simbólica cantidad de una peseta (su intención era regalarla, según me comenta su bisnieta, pero por motivos supongo que legales tuvo que realizarse una venta). El arquitecto Aurelio Gómez Millán se hace cargo
de la restauración, que se retrasa hasta 1.962, año en que sale por última vez
desde la iglesia de san Jacinto para hacer su Estación de Penitencia y se
recoge en la capilla propia.
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Inmaculada Concepción. Antonio Illanes, 1.962. |
La
Capilla de los Marineros se puede enmarcar en el estilo arquitectónico
sevillano de la segunda mitad del siglo XVIII. El vano es rectangular, con un
dintel sostenido por canecillos, sobre el que se apoya un frontón partido por
una hornacina. En ella se aloja una imagen de barro cocido que representa a la
Inmaculada Concepción, realizada por Antonio Illanes en 1.962.
Corona
la portada una espadaña, adornada con pináculos y jarrones con azucenas de
bronce, realizados, al igual que las tres campanas, por Ramón León en 1.998.
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Espadaña y cuerpo de campanas. |
Entramos
ya en la capilla y comprobamos que tiene forma rectangular, con tres naves, una
central y dos laterales que no llegan a los pies de la capilla. Destaca el
artístico artesonado de su techo, de par y nudillo, realizado en madera de pino
rojo con filetes dorados y adornos tallados. Mide doce metros de ancho por
dieciocho de largo. Fue adquirido en 1.961 al desaparecido colegio Villasís.
Igualmente
llama la atención la lámpara central, tallada en cristal del siglo XIX. Tiene
el estilo clásico de las lámparas dieciochescas y procede del desaparecido Café
Gran Britz (calle Tetuán esquina Rioja), al que fue adquirida en 1.963. No sé
yo si pega mucho la presencia de una lámpara de araña (por muy artística que
sea) en una iglesia, pero la verdad es que llama la atención el contraste con
la cubierta mudéjar.
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Cubierta neomudéjar y gran lámpara de cristal tallado. |
En la
nave lateral derecha veremos el retablo del Cristo de la Humildad y Paciencia. Datado
en el siglo XVII, fue tallado y montado por el escultor franciscano Blas de
Santamaría y dorado por Francisco Carreño de la Cruz; es parte del originario
ubicado en el Convento de san Antonio de Padua de Sevilla. Fue adquirido por el
Conde de Gálvez sobre 1.950 para uso particular y, en 1962 ofrecido por el
mismo a la Hermandad, para en principio albergar a la Virgen de la Esperanza,
lo que la Junta de Gobierno desestimó en Cabildo, ya que era pequeño para
presidir la capilla, aprobándose que pasara a ser el Altar del Cristo de las
Tres Caídas, una vez informado y aceptado por el donante. Tuvo que ser
acondicionado para albergar la Sagrada Imagen por Guzmán Bejarano. Tras la
reciente obra de ampliación de la capilla, pasó a albergar al Cristo de la
Humildad y Paciencia.
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Retablo del Cristo de la Humildad y Paciencia. Siglo XVII. |
La talla
se coloca en la hornacina central del retablo, situándose a sus lados las efigies
de san Telmo (anónimo siglo XVIII) a la izquierda y san Antonio de Padua (escuela
de Olot, siglo XIX) a la derecha, siempre mirando de frente.
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Cristo de la Humildad y Paciencia. Anónimo, 1.700. |
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Cristo de la Humildad y Paciencia. Detalle. |
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San Telmo. Siglo XVIII. |
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San Antonio de Padua. Siglo XIX. |
Al lado
del retablo, una inscripción orlada por un marco dorado de intrincado diseño
recuerda la bula pontificia emitida por Juan Pablo II que permitía la Coronación
Canónica de la Virgen de la Esperanza en 1.982.
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Recordatorio de la Coronación Canónica de la Esperanza de Triana. |
Seguimos
por este lado y llegamos a una pintura de buen formato que representa La
Coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad, pintado por Juan Antonio
Rodríguez. Se trata de un retablo moderno, obra de Manuel Guzmán Bejarano y
dorado por Antonio Sánchez González
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La Coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad. Juan Antonio Rodríguez, 1.964. |
A
continuación, ya en la cabecera de esta nave de la Epístola, uno de los
titulares de la hermandad: san Juan Evangelista. El retablo fue montado por
Guzmán Bejarano en 1963 y dorado por Antonio Sánchez. Sobre la primitiva talla,
el imaginero y escultor Luis Álvarez Duarte realizó una nueva más que una
restauración; tan solo se aprovechó de la antigua el cuerpo y los pies, siendo
de nueva factura el la cabeza y las manos.
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Retablo de san Juan Evangelista. |
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San Juan Evangelista. Luis Álvarez Duarte. |
Llegamos
ya al presbiterio, presidido por el Retablo Mayor. Procede del convento de la Merced, de Osuna (Sevilla) y se compone de dos cuerpos y tres calles,
separadas cada una por estípites y con abundantes adornos vegetales
del segundo tercio del siglo XVIII. Fue tallado por José María de Ceiba entre 1.716 y 1.717 y trasladado a este emplazamiento en 1.965.
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Retablo Mayor. Vista general. |
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Retablo Mayor. |
En la
parte central del retablo se encuentra la venerada imagen de Nuestra Señora de
La Esperanza de Triana. Se desconoce su autor, aunque se le atribuye a Juan de
Astorga, en el siglo XIX. Ha recibido numerosas restauraciones, siendo la más
importante la de 1.898, en la que Gumersindo Jiménez Astorga reparó los
importantes daños que un incendio fortuito causó a la imagen de la Virgen.
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Tres vistas de la Esperanza de Triana. |
A los
lados de la Virgen se sitúan tallas de san Pedro Nolasco (izquierda) y san
Ramón Nonato (derecha).
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San Pedro Nolasco. |
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San Ramón Nonato. |
En el
ático se localiza un relieve de Dios Padre, flanqueado por imágenes de san
Pedro Armengol y san Pedro Pascual.
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Ático del Retablo Mayor. Relieve de Dios Padre, con imágenes de san Pedro Armengol y san Pedro Pascual. |
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Sagrario del Retablo Mayor. |
Reseñar
que a los pies de Nuestra Señora de la Esperanza, en el presbiterio, descansan los
restos mortales del que fue durante muchos años Director Espiritual de la
Corporación y gran artífice del retorno de la hermandad a su antigua capilla,
don José Sebastián y Bandarán, según su expreso deseo. Una lápida rememora el
gran cariño que en vida mantuvo hacia la hermandad y su gran devoción a la Santísima
Virgen.
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Lápida de don José Sebastián y Bandarán, Director Espiritual de la Corporación. |
En el
muro de la Epístola del presbiterio se sitúa un Crucificado de 1,05 metros de altura.
Es obra de Algueró, en 1.907, regalo de boda de la reina María Cristina a los
infantes Carlos de Borbón y Borbón y Luisa de Orleáns. En 1.963 fue donado a la
corporación por don José Sebastián y Bandarán.
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Crucificado. Algueró, 1.907. |
En la
cabecera de la nave del Evangelio aparece el retablo de la Virgen del
Carmen ayudando a las Ánimas del Purgatorio, gemelo de La Coronación en la nave
opuesta y pintado también por J. A. Rodríguez en 1.964.
La Virgen
del Carmen sedente sostiene con su mano izquierda a un Niño Jesús que se
yergue sobre la rodilla materna. El Divino Infante aparece en actitud de
bendecir con su mirada fija en el espectador al igual que la de su madre. En la
parte inferior de la pintura las Ánimas del Purgatorio son ayudadas por los
ángeles y querubines que completan la escena.
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La Virgen del Carmen ayudando a las Ánimas del Purgatorio. J. A. Rodríguez, 1.964. |
Ya en el
muro de la nave del Evangelio podemos admirar la imagen del Santísimo Cristo de
las Tres Caídas, obra anónima del siglo XVII, atribuida a Marcos Cabrera. En
1.894 se le sometió a una restauración en la que se sustituyó el pelo natural
por una cabellera esculpida en pasta de papel.
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Santísimo Cristo de las Tres Caídas. |
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Santísimo Cristo de las Tres Caídas.
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Santísimo Cristo de las Tres Caídas. Detalle. |
Hay que
recordar otro titular de la hermandad que no está presente en la capilla. Se
trata de la Pura y Limpia Concepción de la Santísima Virgen María, que se
venera en la Capilla del Sagrario de la Real iglesia de santa Ana, como vimos
en la correspondiente entrada:
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Pura y Limpia Concepción de la Santísima Virgen María. Capilla del Sagrario de la iglesia de santa Ana. |
A ambos lados del cajón de entrada podemos ver estas dos pinturas:
No hay
impedimento para personas con movilidad reducida.
Hola, quisiera corregirle un dato, la Cpilla de los Marineros la da Carlos Welton por la simbolica cantidad de 1 peseta, ya que el lo que quiso fue regalarla y nunca comerciar con ella. Carlos Welton quería mucho a Sevilla y al barrio de Triana, estaba casado con una trianera, Ana Sanchez que vivió en la calle Betis hasta que se casó. Conozco la historia porque era mi bisabuelo. Hace unos años nos llamaron a toda la familia para asistir a descubrir un azulejo cerámico en el que constaba la donación con el nombre de mi bisabuelo,desgraciadamente ese azulejo está puesto en un sitio que no se ve y por donde no pasa nadie. Saludos
ResponderEliminarTiene un blog muy interesante.
Muchas gracias por el apunte. La referencia de otras fuentes indicaba la cantidad que publiqué, pero siempre es más fiable la información de un familiar directo.
EliminarYa está rectificado y, en cuanto pueda me acercaré a ver el azulejo comentado.
Gracias de nuevos y saludos.