El terremoto de Lisboa de 1.755 (llamado así porque prácticamente destruyó dicha ciudad) tuvo realmente su origen en la falla que une las islas Azores con Gibraltar, a la altura del cabo de San Vicente. Fue tal su intensidad, que sus efectos llegaron desde el sur de Inglaterra hasta el norte de África, alcanzando el maremoto que se formó a continuación las costas caribeñas.
Catedral de Sevilla, con el Triunfo a la izquierda. |
El Triunfo sobre el terremoto de Lisboa. |
El mejor testimonio de lo que ocurrió en la ciudad lo tenemos en el monumento que se levantó en la Plaza del Triunfo como acción de gracias por la protección divina en semejante desastre:
"Sábado, 1 de Nov. Año 1755 a las 10 de la mañana huvo general y pavoroso terremoto el que se creyó asolaba la Ciudad , y sepultaba a sus moradores en la ruina, pues se estremecieron violentamente los edificios cayendo algunos y parte de las iglesias. En la Patriarcal con espantoso horror llovieron parte de sus bóvedas, cayeron pilares de los elementos de su Torre. Siendo sin número el concurso nadie se sintió lastimado. En toda Sevilla solo 6 personas perecieron deviendo las demás sus vidas la Ciudad su consistencia al Patrocinio de la que es Madre de Dios y Misericordiosa María Stma. en cuyo honor y perpetuo agradecido monumento mandaron poner los Ilmos. Sres. Deán y Cabildo e hacer este Triunpho en el sitio mismo que se dixo la Misa y cantó Sexta en aquel día."
Detalle de Triunfo. |
Hasta entonces, la plaza había recibido los nombres de Plaza de los Cantos o Plaza del Hospital del Rey, pero a partir de la colocación del monumento, en 1.757, se renombró hasta hoy como Plaza del Triunfo. Se encuentra situada a la espalda del Archivo de Indias, flanqueada por la Puerta del Príncipe de la Catedral y la Puerta del León del Alcázar.
El monumento en sí, de estilo barroco, consta de un graderío de tres escalones de forma rectangular, sobre el que se levanta un balaustre de piedra con representación de las Santas Justa y Rufina y jarrones de azucenas. Se remata con un templete que acoge la imagen de la Virgen , bajo la advocación de la Virgen del Patrocinio, coronado por una cruz patriarcal. El conjunto está rodeado por una verja de hierro fundido, obra de Juan de Mencía.
La fantasía popular dijo ver a las Santas Patronas de la ciudad, Justa y Rufina, sosteniendo a la torre en el aire para que no sufriera. Desde entonces se las representa en la iconografía sevillana de esta manera.
Altar de las Santas Justa y Rufina. Catedral de Sevilla. |
Las Santas Justas y Rufina. Altar de los Evangelistas (provisionalmente). Catedral de Sevilla. |
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