Mención aparte, por su excelente factura, merecen los dos ángeles lampareros situados a los lados, atribuidos a Cayetano d’Acosta.
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Ángel lamparero. |
Sobre nosotros podemos contemplar la curiosa forma elíptica de la bóveda del crucero. Es ciega, sin tambor ni linterna, decorada con pinturas: la central representa El éxtasis de Santa Teresa, en tanto que de las otros ocho, cuatro son figuras de ángeles y el resto escenas de la vida de San Felipe Neri. Las pechinas lucen retratos de santos filipenses. Ocho óculos se encargan de iluminarla.
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Bóveda elíptica. |
Ya que estamos ante el presbiterio, podemos aprovechar y volvernos para contemplar la iglesia desde esta posición.
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Vista general desde el presbiterio. |
Continuamos. El retablo de San Felipe Neri ocupa el lado de la Epístola del transepto. Neoclásico, del siglo XIX, ocupa el centro del retablo una imagen tallada del titular, con relicario en el pecho, atribuida a Pedro Roldán; fue traído del antiguo convento de los padres filipenses. Está escoltado por imágenes de San Pedro y San Pablo, ambas del XVIII. Ocupa el ático una pintura del Calvario, del estilo de Virgilio Mattoni.
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Retablo de San Felipe Neri. |
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San Felipe Neri. |
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San Pablo. |
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San Pedro. |
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Ático del retablo. |
A su lado se expone una estrecha vitrina protegida con un vidrio que contiene diversas reliquias de San Felipe Neri.
Iniciamos el recorrido de la nave de la Epístola desde el presbiterio hasta los pies. La primera parada es ante el retablo del Nacimiento, conjunto del siglo XVIII. Las figuras de Santa Ana (atribuida a Francisco de Ocampo, de 1631) y San Joaquín (algo más pequeño, del XVIII) acompañan al grupo principal.
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Retablo del Nacimiento. |
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de gran devoción en el barrio, es la titular de la siguiente parada. Se muestra en un lienzo moderno de estilo gótico-bizantino.
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Capilla de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. |
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Imagen de la titular de la capilla. |
El último de los retablos de este templo es el dedicado a San Francisco de Sales, cuya imagen se atribuye a la escuela de los Roldán. En el ático vemos un relieve de la Virgen de la Soledad.
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Retablo de San Francisco de Sales. |
Llegamos al final de la visita, no sin antes detenernos ante la parte interior de la puerta de entrada, adornada con una vidriera que nos muestra la escena de La expulsión de los mercaderes del templo.
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Puerta de entrada a la iglesia. |
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Expulsión de los mercaderes del templo. |
Nos marchamos de este templo tan poco conocido (hablo en general, que conste) y tan difícil de visitar, por aquello de los horarios reducidos, con la satisfacción de haber conseguido disfrutar de esta bonita iglesia.
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