Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad.

Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad y sus alrededores

lunes, 11 de mayo de 2015

Utrera. Iglesia Parroquial de Santa María de la Mesa, -III y final. Nave del Evangelio.

Hoy partimos del presbiterio para recorrer la nave del Evangelio desde la cabecera a los pies, e igualmente hablaremos de otras zonas del templo, como es el caso del coro, la cripta, el despacho parroquial o la sacristía.
Coro y órgano vistos desde el presbiterio.

En la nave colateral del Evangelio, gemela de la situada en el lado opuesto, se encuentra el retablo de la Virgen del Dulce Nombre, de estilo barroco, ensamblado por Francisco Ballesteros en 1.671. Dispone de banco, tres calles separadas por columnas salomónicas y ático. A la Virgen acompañan tallas de San José, Santa Bárbara, Niño Jesús, San Juan Evangelista, San Antón y relieves de San Miguel y San Rafael. 
Retablo de la Virgen del Dulce Nombre.
Cuerpo del retablo.
Ático del retablo y bóveda de cañón decorada con yeserías.
En el muro derecho cuelga un lienzo de finales del XVII que representa a Jesús como Fuente de Vida.
Jesús como fuente de vida. Anónimo, siglo XVII.
La cabecera de la nave está ocupada por el retablo de la Divina Pastora, de finales del XVIII y estilo rococó. En el banco, una urna luce la talla del Tránsito de San Francisco Javier, atribuida a Diego Roldán Serrallonga, el mismo autor del conjunto de la Piedad.
Retablo de la Divina Pastora.
Tránsito de San Francisco Javier.
Detalle.
Ático del retablo.
La imagen de la Divina Pastora es una interesante obra del siglo XVIII de estilo barroco, con algunos añadidos posteriores como la cabellera de pelo natural o los ojos de cristal. Es una figura de candelero y tamaño académico que sigue el modelo de su homónima de Santa Marina de Sevilla, siendo atribuida al imaginero José Montes de Oca en 1.715. Conserva una excelente policromía y fue restaurada en el siglo XIX, en el año 2007 con motivo de su salida extraordinaria y hace un par de años por Fernando Aguado.
Dos imágenes de la Divina Pastora de Almas, tomadas en diferentes días.
La capilla de San Pedro constituye nuestra próxima parada. Es de traza cuadrada y pequeño tamaño. Se cubre mediante bóveda de media naranja sobre pechinas apoyadas en columnas toscanas de mármol rojo.
Capilla de San Pedro.
El retablo que la ocupa, barroco tardío, es presidido por una talla de San Pedro, sedente, con las habituales llaves más los símbolos papales, báculo y mitra.
Retablo de San Pedro, con la imagen de María Santísima de la Paz ante él.
Cedida la capilla a la Hermandad de los Aceituneros, sobre el altar del retablo aparece la figura de María Santísima de la Paz, realizada en madera policromada, primer encargo profesional del imaginero sevillano Manuel Ramos Corona, en 1.987. La imagen actual reemplazó a la primitiva, bendecida en 1.960, de cierta antigüedad y autor anónimo, donada por doña María Luisa Gutiérrez de Piñeres y restaurada por el escultor Pedro Hurtado. Es una de las titulares de la Hermandad de los Aceituneros, junto con San Pedro Príncipe de los Apóstoles y Nuestro Padre Jesús de la Columna.
María Santísima de la Paz. Manuel Ramos Corona, 1.987.
Bóveda de la Capilla de San Pedro.
De la misma época y estilo del anterior es el retablo de San José, adosado directamente al muro del Evangelio.
Imágenes del retablo de San José.
Pasamos la Puerta del Evangelio, sobre la que se sitúa una pintura con escena de La Natividad y llegamos ante el retablo de la Virgen de la Mesa, titular del templo.
La Natividad. Pintura situada sobre la Puerta de la Sombra.
Retablo de la Virgen de la Mesa.
Se trata de una imagen gótica, tallada en madera policromada, del siglo XIV, sedente en su origen, aunque mutilada para vestirla y ponerla de pie con metro y medio de altura. Como corresponde a las imágenes de esta época, sus rasgos son, a la vez, inexpresivos y enigmáticos, con la particularidad de que no porta al Niño Jesús (como suele ser habitual en las tallas de esta época), por su condición de imagen asuncionista.
Constituye la devoción mariana más antigua de Utrera, anterior incluso a la Virgen de Consolación, Patrona de la localidad. Según la tradición popular, si cuando la imagen hace su salida por la Puerta del Perdón el 15 de agosto se rezan tres avemarías y se piden tres deseos, la Virgen concederá al menos uno. La procesión va acompañada por repique de campanas a cargo de la Asociación de Campaneros de Utrera (ACAMU).
Se nos presenta en un bonito retablo sin dorar, de madera en su color, con una hornacina abocinada donde se sitúa la Virgen y ático con figura de obispo desconocida.
Remate del retablo de la Virgen de la Mesa.
Frente a la Virgen de la Mesa, adosada al lado del Evangelio del muro del coro, un pequeño altar nos muestra una talla de la Virgen de la Encarnación, representada sosteniendo ante su vientre un relicario con la imagen del Niño Jesús. En una de mis visitas estaba acompañada por  San Pancracio y San Martín de Porres y en otras por dos ángeles.
Retablo de la Virgen de la Encarnación .
San Pancracio.
San Martín de Porres, el popular fray Escoba.
Volvemos al muro del Evangelio y veremos la esquina formada por dicho muro y los pies de la nave, o lo que es lo mismo, el retablo del Santo Crucifijo de los Milagros y la Capilla Bautismal.
Retablo del Santo Crucifijo de los Milagros y Capilla Bautismal.
El Santo Crucifijo de los Milagros es el Titular (junto con la Virgen de la Concepción y el arcángel San Rafael) de una Hermandad, la popularmente conocida como de los Milagros, de muy escasa antigüedad; la talla data, sin embargo, de finales del siglo XVI. Obra de un autor anónimo, está labrada en madera de ciprés y representa Cristo ya fallecido.
Retablo del Santo Crucifijo de los Milagros.
Se cree que desde que fue esculpida la imagen se veneraba en la ermita de Santa Catalina, situada en la calle de los Negros. Esta ermita, al parecer, disponía de tres altares; en el principal se situaba la titular de la ermita y, en uno de los laterales, este Santo Crucifijo, que en 1.815 pasó a su actual emplazamiento. Este 2.015, pues, se cumplen 200 años de la llegada de la imagen al templo.
El retablo en el que se nos muestra está fechado en 1.796, realizado en un estilo que mezcla abundantes detalles barrocos con un estilo que apunta maneras neoclásicas.
Acompañan al Crucificado imágenes de San Isidoro y San Lorenzo, en tanto que en el ático se representa un santo que parece lucir un hábito franciscano.
San Isidoro.
San Lorenzo.
Ático del retablo.
En ángulo recto con el retablo del Crucificado, ya en los pies de la nave, se encuentra la Capilla Bautismal. En ella destaca, como es natural, la pila de mármol rojo y la bóveda de media naranja sobre pechinas, adornada con numerosas yeserías. Distribuidas por la sala hay una serie de pequeñas figuras de santos.
Capilla Bautismal.
Inmaculada Concepción.
Bóveda barroca de la Capilla Bautismal.
Nave del Evangelio vista desde la Capilla Bautismal.
Siguiendo andando hacia los pies de la nave vemos un sencillo altar en el que se venera una pintura de Nuestro Padre Jesús Cautivo, de la que no he podido encontrar dato alguno.
Altar de Nuestro Padre Jesús Cautivo.
A continuación, otro altar, igualmente humilde, acoge una Dolorosa que tiene como advocación María Santísima de la Concepción. De candelero, está moldeada en terracota  y Cristóbal Ramos, en 1.756. Es cotitular de la Hermandad de los Milagros, junto al Santo Crucifijo y al arcángel San Miguel.
Imagen de María Santísima de la Concepción, fotografiada en dos ocasiones diferentes.
Aquí vemos los pies de la nave colateral del Evangelio, con el altar de María Santísima de la Concepción a la derecha y el coro a la izquierda.
El coro, exento y situado a los pies de la nave central con más de cincuenta asientos repartidos en dos alturas, es obra de Felipe del Castillo y Diego Castillejo, en 1.744, decorado con medallones de santos y articulada por estípites.
Coro.
El órgano es de Francisco Rodríguez, de 1.859. La caja, barroca,  consta de cinco castillos y un torreón simple, decorada con profusión de motivos vegetales y ángeles cubiertos con conchas. El remate está formado por un anagrama mariano con corona, custodiado por ángeles trompeteros. No funciona, pues le faltan tubos.
Órgano barroco, 1.859.
Tras el órgano, en un lugar poco vistoso, podemos ver la Custodia. Comenzada en 1.678 por Blas Ruiz y Felipe Ponce, fue finalizada en 1.748. Consta de tres cuerpos, adornados con imágenes de los Apóstoles.
Custodia, situada a los pies del templo, tras el coro.
Las estaciones del Vía-Crucis están realizadas en madera tallada y policromada.
Seguidamente aporto unos datos referentes a otras estancias de la iglesia que, desgraciadamente, no se pueden visitar.
En la cripta sepulcral, que se encuentra bajo la nave de la iglesia, yacen enterrados personajes relevantes de la historia local, como los condes de Vistahermosa, propietarios en los siglos XVIII y XIX de la ganadería más importante del país y que, junto a cabezas de Ulloa, Cabrera y Bécquer, permitieron a Vicente José Vázquez crear el tipo de toro predominante hasta llegar a recibir la consideración de Casta Fundacional de la ganadería brava española.
La Sacristía tiene una parte cubierta con bóveda baída y otra con bóveda de cañón. Destacan la mesa de mármol jaspeado rojo y el Cristo de los Quebrados, crucificado de finales del siglo XVI o principios del XVII.
Imagen de la Sacristía. Cortesía de Fco Javier García Jiménez.
El despacho parroquial es otro lugar interesante de este templo. En él se encuentra una tabla renacentista italiana denominada “Madonna con el Niño, San Sebastián y San Roque” obra maestra del renacimiento Italiano, de 1.521, atribuida al círculo más directo de Leonardo da Vinci, en concreto al pintor Bernardino Luini. Datos documentales del siglo XVII indican su ubicación en la capilla del Sagrario de este templo. Es probable que esta obra fuera donada por los Montes de Oca, familia vinculada a Utrera y a Italia.  La tabla renacentista italiana denominada “Madonna con el Niño, San Sebastián y San Roque” obra maestra del renacimiento Italiano, se atribuye según  los especialistas, al círculo más directo de Leonardo da Vinci, en concreto al pintor Bernardino Luini. Datos documentales del siglo XVII indican su ubicación en la capilla del Sagrario de este templo. Es probable que esta obra fuera donada por los Montes de Oca, familia vinculada a Utrera y a Italia.  Restaurada por IAPH en 2.011.
Madonna con el Niño, San Sebastíán y San Roque, de Bernardino Luini, antes y después de su restauración. Cortesía del IAPH.
También se encuentran aquí tres cobres flamencos firmados por Gerard Forchon.
Pensaba extenderme un poco con mi opinión sobre este templo, pero no quiero que alguien piense que le tengo manía. Tan solo decir que necesita una restauración urgente, tanto por dentro como por fuera, algo de información sobre continente y contenido (no hay nada) y, sobre todo, luz (tengo entendido que una empresa privada ha costeado una nueva instalación eléctrica a base de leds). Tampoco estaría de más un horario un poco más amplio.

Con todo, es un magnífico templo, de buen tamaño e interesante contenido, que merece la pena visitar.

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