El programa de visitas
nocturnas, que comenzó en esta temporada 2.014 el pasado mes de marzo, nos
permite un recorrido tranquilo y fresco (sobre todo en verano) por las
estancias del conjunto monumental.
Un actor vestido al estilo del Siglo de Oro nos recibe ante la muralla del Patio de la Montería. |
Siete actores, dos músicos y una bailarina, todos vestidos de época según diseño de Antonio Zannoni, y pertenecientes a la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla, con textos y dirección artística de Alfonso Zurro, nos conducen en una visita que atraviesa hasta ocho siglos de historia y a la que se asoman reyes, literatos, criados y doncellas en las distintas escenas que, a lo largo de una hora, se van desarrollando en distintas estancias del edificio. El guión es fiel a los
acontecimientos históricos, pero aderezado con leyendas y curiosidades.
Agrupados los visitantes
en el Patio del León, a la hora señalada, con puntualidad británica, comienza
el recorrido. Me sorprende que la mayoría de los asistentes sean españoles y, de
estos, casi todos sevillanos; bastantes más mujeres que hombres, y más personas
mayores que jóvenes.
En la Sala de Justicia. |
Nos recibe ante el paño
de muralla que separa los Patios del León y de la Montería, un cómico vestido a la usanza del siglo XVII
que nos informa de la situación bajo nuestros pies del gran corral de comedias en el que se representaron las obras de los mejores autores del Siglo de Oro.
Desgraciadamente fue completamente arrasado por un incendio ese mismo siglo.
Nos acompaña a la Sala de Justicia, donde afirma que el gran Lope de Vega se postró
ante el lugar en que recitaba sus versos Almutamid,
el rey poeta.
En el Patio del Yeso. |
Y precisamente Almutamid
se nos muestra en el vecino Patio del Yeso, donde traba poética conversación
con nuestro guía y se lamenta entre lloros de la pérdida de su querida Sevilla
a manos de los almorávides que él mismo llamó para defenderse de las tropas
cristianas, siendo expulsado de Al-Andalus hacia África donde murió.
Almutamid en el Patio del Yeso. |
Almutamid y nuestro cómico de la legua conversando. |
Tras dejar al rey taifa
enjugándose las lágrimas, el actor nos conduce a la Sala de Audiencias, en la
que nos espera Isabel, la Católica,
ante el retablo de la Virgen del Buen Aire. La reina se queja de la frialdad
del Real Alcázar de Sevilla, cuyos muros acumulan una presencia histórica tal
que la todopoderosa monarca acaba ordenando la marcha de todo su séquito a
Granada. "Aquí, nos soñamos en exceso por el peso histórico del
edificio", se lamenta refiriéndose a sí misma antes de despedir al grupo
de visitantes con una delicada canción de cuna cantada a capela.
Isabel la Católica en la Sala de Audiencias. |
Volvemos al Patio de la
Montería y, ante la fachada principal del Palacio Mudéjar o del rey don Pedro nuestro amigo actor nos presenta a la criada Ana de Valdivia
quien, con envidiable humor se encargará de enseñarnos el Palacio.
El actor nos presenta a la criada Ana de Valdivia ante la fachada principal del Palacio del rey don Pedro. |
Ella se encarga de guiarnos por el interior del Palacio Mudéjar. |
Tras cruzar
el vestíbulo del mismo por su lado izquierdo nos conduce al Patio de las
Doncellas, donde podemos ver una escena en la que doña María de Padilla recrimina al rey don Pedro su preferencia por la guerra y el constante abandono
que sufre, a pesar del cual sigue esperándole en el Alcázar cada vez que sale a
luchar… o a casarse con otra.
Discusión entre doña María de Padilla y el rey don Pedro. |
En este mismo escenario,
una pizpireta bailarina nos deleita
con sus danzas al son de un laúd con el que, en directo (detalle muy de
agradecer), un músico tañe una
melodía árabe.
Bailarina y músico en el Patio de las Doncellas.
Tras cruzar la Sala de
los Pasos Perdidos, llegamos al Patio de las Muñecas y de este a la Cuarto del
Príncipe, la Sala del Techo de los Reyes Católicos y el Salón del Techo de
Felipe II. Allí podemos admirar el magnífico Arco de los Pavones, que hemos de
atravesar para llegar al Salón de Embajadores.
Ana de Valdivia en el Salón de Embajadores. |
Doña María de Padilla y
el rey don Pedro aparecen de nuevo y hacen las paces tras la discusión que
tuvieron en el Patio de las Doncellas.
Seguidamente la alegre Ana
nos lleva a través de la Sala de los Infantes hasta la galería exterior, que recorremos
hasta llegar a la altura del Jardín de Troya, donde nos espera una severa Isabel II. La reina se queja
amargamente de su situación de semi-destierro tras el triunfo de la revolución
de 1.868 (La Gloriosa) y nos conduce ante los Baños de doña María de Padilla.
Allí, los jardineros afirman que han visto a una ninfa bailando sobre las aguas
del estanque. Y, efectivamente, al fondo de la estancia se ve la citada
danzando ante los visitantes.
La reina Isabel II nos espera en el Jardín de Troya. |
Ninfa de los Baños de doña María de Padilla. |
Más tarde, la reina nos guía
a través del Jardín de la Danza y el Estanque de Mercurio hasta la Sala de las
Bóvedas, la Capilla y la Sala de Tapices del Palacio Gótico, donde nos espera
Ana de Valdivia para acompañarnos, a través del Patio del Crucero a la Galería
Dieciochesca y de esta, al Apeadero, saliendo al Patio de Banderas finalmente.
Isabel II en el Jardín de la Danza, con la Galería de Grutescos al fondo. |
La visita ha durado 75
minutos y ha costado 13 euros por persona. Y puede asegurar que vale cada euro
de lo que cuesta. Recorrer los Alcázares al atardecer con un grupo de apenas
veinte personas no tiene precio, y menos si quienes te los muestran son actores
profesionales.
Una última mirada antes de irnos a casa. |
Hay zonas que no son accesibles a personas con movilidad reducida.
Me he leído todas tus publicaciones del Alcázar y he de darte las gracias por tan espléndido trabajo. Estoy planificando la visita al Alcázar con mi familia y había decidido hacer mi propia guia en lugar de comprar la audioguia,y he de decirte que gracias a tí no he tenido que trabajar demasiado, pues he aprovechado muchísimo tu información.
ResponderEliminarMuchas gracias y enhorabuena por tu trabajo!