No hemos de desplazarnos
muy lejos para realizar la siguiente visita. En esta ocasión hemos aprovechado
la apertura al público de otra de las casas-palacio renacentistas que en el
siglo XVI se alzaron en Sevilla al amparo y gracias a las riquezas traídas del
Nuevo Mundo y que por aquí tenían que pasar.
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La iglesia de Santa Cruz y la Casa de Salinas, vistas desde la calle Fabiola. |
Los artistas italianos
que con buen ojo se vinieron para acá, aportaron los mármoles, las estatuas
clásicas y las majestuosas fuentes que, combinadas con el estilo gótico-mudéjar
tan nuestro, dieron lugar a palacios como los de Dueñas, Pinelo, condesa de
Lebrija o Casa de Pilatos.
Excepto el primero de
ellos, propiedad como todos sabemos de la Casa de Alba, el resto son
visitables, y a ellos se ha unido, desde septiembre del pasado año, la Casa de
los Salinas.
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Cancela que separa el zaguán del apeadero. |
Situada en lugar
emblemático, la calle Mateos Gago (antigua de la Borceguinería), frente por
frente a la portada de la iglesia de Santa Cruz, esquina calle Guzmán el Bueno,
su situación tan cercana a la Catedral da fe de la importancia económica y
social que tuvo en su tiempo.
Fue mandada edificar por
un rico mercader, Baltasar Jaén Roelas, dueño de varios navíos con los que
comerciaba con las Indias, gracias a los que amasó una importante fortuna,
hasta el punto de fundar mayorazgo propio.
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Armadura del zaguán. |
A mediados del siglo XIX,
el mayorazgo se disolvió y el edificio fue utilizado para diversos quehaceres, como
carpintería y escuela. En el año 1.900 fue adquirido por una familia vasca, los
Ybarra, que redecoraron la finca con numerosos detalles barrocos, lo que ocultó
en gran parte su sobrio aspecto original.
En 1.930 la casa pasa a
ser propiedad de la familia Salinas, que la somete a una profunda restauración,
con el fin de devolver al edificio (en lo posible) su aspecto original, tan
alterado en sus más de cuatrocientos años de vida.
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Fuente-abrevadero en el Apeadero. |
Este es el edificio que
nos disponemos a visitar, previo pago de los seis euros que cuesta la entrada
para la visita guiada (tema que abordaremos más tarde).
En el zaguán nos recibe
una de los dos amables guías, que será la encargada de comentarnos el recorrido
de forma precisa y suficiente.
Nos aclara, en primer
lugar, que la casa está habitada por parte de la familia y que, por esta razón,
no se puede visitar la planta alta. Se conserva la armadura original del
mencionado zaguán. El recorrido de la planta baja comienza en el apeadero, con su correspondiente
abrevadero para los caballos. En la pared de la derecha se observa un retablo cerámico con una vista de Sevilla desde Triana, firmado por Manuel Arellano, hacia 1.900.
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Azulejo que nos muestra una vista de Sevilla desde Triana. Es obra de Manuel Arellano, hacia 1.900. |
A la derecha, formando el
típico recodo de las casas mudéjares, se encuentra el patio principal. Fue restaurado, con la participación de la empresa
Alcatel, en 1.981, año en que se añadieron diversas puertas procedentes de
antiguos conventos. En 1.989 fue colocada la fuente central, encontrada por Manuel
Salinas en un derribo.
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Patio central de la Casa de Salinas. |
Está delimitado por
dieciséis columnas de mármol blanco sobre las que se asientan arcos de medio
punto de dos anchuras distintas, enmarcados por alfices cuajados de yeserías
platerescas que también aparecen en el entablamento de los arcos y en los
marcos de las puertas y ventanas que dan a este patio.
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Una de las galerías del patio central. |
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Arcada y puerta. |
La planta superior
muestra una balaustrada de mármol, tras la que aparecen nuevos arcos, muy rebajados, igualmente decorados con yeserías. En este caso, los vanos de los
arcos se encuentran cubiertos por hermosas vidrieras emplomadas que lucen en el
cerramiento de madera vista. El lateral izquierdo de la planta superior se abre
al patio en forma de terraza, con las pilastras de los balaustres rematadas con
cabezas de leones.
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La planta alta tiene tres de sus lados cubiertos con vidrieras, quedando el cuarto como terraza. |
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Uno de los leones que decoran la balaustrada de la terraza (cortesía de www.casadesalinas.com). |
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Azulejos y banco de la terraza (cortesía de www.casadesalinas.com). |
El suelo de la planta
baja no es el original, ya que este fue colocado en el comedor de verano que
veremos a continuación. En el centro del patio aparece una pequeña fuente de
estilo árabe y los muros de las galerías están cubiertos con un alto zócalo de
azulejos del siglo XVI de metro y medio de altura, encontrándose el resto
pintado en color almagra.
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Patio central con fuente de mármol. |
Seguidamente cruzamos una
puerta del siglo XVII y visitamos el comedor
de verano, en el que se puede observar el suelo de olambrilla original del
patio, tan típico del XVI, así como un zócalo de azulejos y paredes de color
almagra como en el patio. La parte superior del muro muestra una cenefa de
yeserías sobre la que aparece el techo de madera original.
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Comedor de verano. |
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Techo del comedor de verano. |
La estancia está
presidida por una larga mesa con capacidad para doce personas, distribuyéndose
a su alrededor una serie de muebles de época.
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Detalles del comedor de verano. |
Volvemos al patio central.
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Puerta situada junto al arranque de la escalera. |
La escalera se sitúa en una esquina del patio, y se caracteriza por
ser más mudéjar que renacentista. No hay rastro de mármoles y sí, en cambio,
muchos azulejos, tanto en las paredes como en las contrahuellas de los
escalones. Las huellas son de barro cocido, en tanto que los mamperlanes se han
colocado de madera. En este primer tramo, el pasamanos va directamente sujeto a
la pared, en tanto que el segundo ya aparece una baranda de forja con pasamanos
de madera.
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Escalera. |
En el descansillo está
colocada una antigua arca de caudales, pudiéndose ver a través de una ventana
el Patio del Mosaico al que pasaremos luego. Este rellano está cubierto por un
magnífico artesonado mudéjar, en perfecto estado, idéntico a algunos de los que
se encuentran en los Reales Alcázares. Sin lugar a dudas, es el elemento, junto
con el mosaico dedicado a Dionisios, más interesante del edificio (al menos de
lo que se puede visitar).
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Arca de caudales. |
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Vista del Patio del Mosaico desde el descansillo de la escalera. |
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Artesonado del descansillo. |
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Puerta de acceso a la planta superior. |
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Bajada al patio. |
Descendemos de nuevo al
patio y pasamos a un salón de lectura,
con otro techo perfecto (muy, muy semejante al de la biblioteca de la Casa de
los Pinelo), decorado con pinturas sobre la madera y piñas de mocárabe doradas.
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Salón de lectura. |
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Techo renacentista del salón de lectura. |
En este salón nos pasó un hecho curioso, y es que había tres miembros de la
familia leyendo el periódico. Y digo yo: si el horario de visita es de tan solo
de tres horas diarias y a la planta alta no se puede subir, ¿tienen que estar
necesariamente en la planta baja leyendo en horas de visita? Me pueden
contestar que para eso es su casa, pero un servidor piensa que desde el momento
en que se cobra una entrada (y se cobran unas subvenciones, supongo), se
podrían ahorrar el “corte” que se lleva el espectador y la imposibilidad de
realizar fotografías en esa zona. Pero vamos, lo expuesto no deja de ser una
apreciación muy personal mía.
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Comunicación del salón de lectura con el Patio del Mosaico. |
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Detalle (cortesía de www.casadesalinas.com). |
A través de esta sala
llegamos al Patio del Mosaico, antigua
huerta de la casa, que ya vimos desde la ventana del descansillo de la
escalera. También se le llama Patio de la Virgen de los Remedios, por la imagen
que luce en la hornacina de la pared frontal a la entrada. Se cree que procede
del convento del mismo nombre. Data del siglo XV y ante ella oró Colón antes de
su viaje. Bajo ella vemos una fuente de mármol con estanque inferior octogonal
recubierto de azulejos, aunque en fotos antiguas he observado que era circular
y sin azulejos.
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Mosaico de Dioniso. |
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Diversos detalles del mosaico. |
El resto del patio lo
ocupa un mosaico romano del siglo II d.C. representa a Dioniso, procedente,
como no, de Itálica.
Dice la leyenda que los
restos del inmortal Murillo fueron depositados en la pequeña capilla que existía
en la finca cuando la antigua iglesia de Santa Cruz (situada en la actual plaza
del mismo nombre) fue demolida durante la ocupación francesa. Afirmación más
que discutible, ya que todos los estudios al respecto señalan que sus huesos se
perdieron con motivo del derribo de la iglesia. Quien pase por la plaza tenga
en cuenta que, casi con total seguridad, está pisando el enterramiento del Pintor de Sevilla.
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Virgen de los Remedios y fuente. |
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Datada en el siglo XV, procede del convento de los Remedios, de Triana. |
Visto el Patio del mosaico, nuestra amable guía nos conduce por un pasillo cuya puerta se abre a la derecha, que conduce a la puerta que vimos antes en el patio principal junto al arranque de la escalera.
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Tondo situado en el corredor. |
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Más imágenes del patio central. |
Hemos terminado la visita
como quien va a un restaurante con estrellas Michelín: todo está muy bueno,
pero te quedas con hambre. Es una auténtica pena, a tenor de las fotografías
publicadas en revistas de decoración y similares, que no se pueda acceder a la
planta alta. El precio puede ser discutible: vale lo mismo que la visita a la
planta baja de la Casa de Pilatos y es bastante más pequeña; por contra, en
esta ocasión contamos con guía.
Incluyo, para que los lectores se hagan una idea de lo que se pierden, imágenes de la planta alta tomadas de distintas publicaciones:
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Vistas de la planta alta, procedentes de diversas publicaciones. |
Dirección: calle Mateos Gago, 39.
Horario: de lunes a viernes de 11,00 a 14,00 horas.
Visitas guiadas (español-inglés) - Precio: 6 €
(IVA incluido.) Menores de 7 años: - 50 %.
Duración: 25 minutos.
Excepto la subida al
descansillo de la escalera, el resto de lo que se puede visitar es accesible a
personas con movilidad reducida.
¡Qué maravilla de lugar! Yo quiero una casa así... Extraordinario reportaje, José. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarFenomenal reportaje, me encanta. Esto va directo al cofre de los tesoro, a guardarlo.
EliminarUn abrazo.
Mari Carmen.
Gracias a los dos por comentar la entrada.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Me gustaría saber que fuentes han empleado para el desarrollo de esta entrada. Actualmente investigo la arquitectura doméstica sevillana del XVI y estoy interesada. Gracias,
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