Nos disponemos ya a entrar en el recinto de los Alcázares a través del acceso principal, la Puerta del León.
La Puerta del León recibe
este nombre por la presencia de un azulejo, obra del artista Tortosa, de la
trianera fábrica de Mensaque, según diseño de José Gestoso. Restaurado en
2.007, representa un león coronado con una cruz en la mano (perdón, la zarpa)
derecha y una banda alrededor del pecho que lleva la inscripción “Ad utrumque”
(dispuesto a todo), mientras que con las patas pisa una bandera.
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Puerta del León. |
Antiguamente se la
llamaba Puerta de la Montería, según costa en documentos fechados en el siglo
XVI. Según la teoría más comúnmente aceptada, la puerta recibía tal nombre por
tratarse del lugar desde el que los reyes habitantes del Alcázar salían de caza
con sus monteros.
El azulejo, colocado
sobre el dintel de la puerta, bajo un pequeño matacán, sustituyó en 1.892 una
anterior pintura de la que se tiene constancia de su existencia al menos desde
1.832, según dibujo de Richard Ford, restaurada primero en 1.844 y,
posteriormente por Joaquín Domínguez Bécquer en 1.876.
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El actual azulejo sustituye a una antigua pintura con el mismo motivo. |
Desde la Antigüedad
oriental, el león ha representado el poder y la fuerza, pasando con el tiempo
al mundo occidental, en el que la heráldica medieval y la emblemática
renacentista y barroca lo hicieron regresar a las entradas de palacios y
fortalezas, llegando finalmente a convertirse en símbolo de la monarquía.
El lienzo de muralla que
ocupa la Puerta del León forma parte del muro defensivo que, edificado en el
siglo XII, unía la Torre del Oro con el Alcázar y en la que se insertaban,
entre otras, la Torre de la Plata, la recién descubierta Torre del Bronce, la
de Abd Al-Azíz y la de la calle Santo Tomás.
Esta puerta constituía el
acceso principal a recinto durante la etapa cristiana de la Edad Media, al
igual que hoy día. Sin embargo, no siempre fue así, ya que entre los siglos XVII
y XIX el apeadero se convirtió en la entrada habitual.
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Puerta del León. |
Cruzando la Puerta del
León, entramos en un vestíbulo rectangular, a cuya derecha se encuentra la sala en la que se expenden los tiques de entrada, en tanto que a la izquierda podemos ver una hornacina que aloja un a Virgen con el Niño realizada en terracota y un pequeño patio, con un abrevadero y una escalera que parece subir al adarve de la muralla.
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Imágenes que muestran el primer patio que encontramos después de traspasar la Puerta del León. |
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Vista de la terraza y la muralla desde el segundo patio. |
Una vez obtenida la entrada, salimos al otro pequeño patio que da entrada al Patio del León, espacio cuadrangular, actualmente dividido
en cuatro cuadrantes delimitados por setos de mirto. Inmediatamente atrae
nuestra atención un muro frente a nosotros, con tres arcos, que separa este
espacio del que viene a continuación, que no es otro que el Patio de la
Montería. Se trata de un resto de un antiguo lienzo almohade que formaba parte
del entramado defensivo del Alcázar. Según recientes estudios, el arco central
se abrió con posterioridad a la finalización del Palacio Mudéjar, pues muestra
las armas del rey don Pedro y, además, forma un eje longitudinal, a modo de
punto focal, desde la Puerta del León hasta el mencionado palacio, pasando
sucesivamente por los patios del León y de la Montería. En definitiva, se
cristianizaba la geometría del conjunto, sustituyendo con una línea recta la típica
entrada acodada musulmana (recordemos que en los viejos tiempos la entrada
principal era a través del hoy llamado Arco de Mañara.
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Vista general del Patio del León. |
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Una de las dos fuentes gemelas que adornan el Patio del León. |
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La muralla de separación entre los patios del León y de la Montería consta de tres arcos, habiendo estado cegados los laterales hasta 1.936. |
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Arco central de medio punto. |
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Adornos sobre los arcos laterales. |
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Vista lateral de la muralla. |
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Arco de Mañara. Antigua puerta principal del Alcázar musulmán. |
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Vista desde el interior. |
Los tres arcos han
sufrido numerosos avatares a lo largo de los siglos. Fueron abiertos con
posterioridad a la construcción del Palacio Mudéjar del Rey don Pedro, siendo
los laterales gemelos y primitivamente en forma de herradura, más anchos y
bajos que el arco central, de medio punto. Los arcos laterales eran
originalmente ciegos, abriéndose en 1.936, época en la que se diseñó el
jardincillo actual.
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El Patio del León, visto desde la murallas. Por el arco que se ve al fondo hemos entrado. |
El Patio del León que
vemos hoy tiene su origen en la remodelación realizada a principios del siglo
XX por Joaquín Romero Murube. En la época almohade existió en este lugar un
palacio, que fue destruido en tiempos de Pedro I, durante las obras del Palacio
Mudéjar. Tan solo permaneció el muro con los tres arcos, que recientes catas
han demostrado que eran más altos y voluminosos que los actuales. Aquí se
construyó en 1.625 el Corral de la Montería, el mayor teatro de comedias de la
ciudad, que desapareció tras el incendio de 1.691.
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Monedas encontradas en una cata. Corresponden a la época del incendio del Corral de Comedias. |
A la altura del muro
veremos a derecha e izquierda de las paredes laterales dos entradas. El de la
derecha lo dejamos para más adelante (conduce a los patios interiores) y nos dirigimos al de la izquierda.
Subiendo varios escalones y pasando a través de la puerta rectangular entramos
en la Sala de la Justicia, también denominada Sala de los Consejos.
Fue construida en 1.311 por orden de Alfonso XI, en conmemoración de la
victoria en la batalla del río Salado, siendo el lugar en el que se reunía el
rey Alfonso (y más tarde su hijo Pedro I) con su consejo de gobierno.
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Puerta de entrada a patios interiores, situada en el muro derecho del Patio del León. |
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En el muro izquierdo se sitúa la entrada a la Sala de Justicia. |
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Imágenes de los cuatro muros de la Sala de Justicia. |
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Detalle de los adornos de yeserías. |
Se trata de una estancia
de planta cuadrada cubierta por una armadura de madera mudéjar, con labor de
lacería al estilo de las qubbas islámicas.
Cada uno de sus muros se decora con una estructura de triples arcos ciegos, que
reproducen elementos vegetales, epigrafía y escudos heráldicos, siendo
considerada el primer ejemplo de estilo mudéjar, perfecta conjunción entre lo
árabe y lo cristiano.
En el centro de la sala hay una fuente de mármol, cuyo canalillo de desagüe nos comunica con una de las partes más antiguas del Alcázar: el Patio del Yeso.
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Cubierta de lacería mudéjar. |
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Fuente de mármol situada en el centro de la estancia. |
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Comunicación de la Sala de Justicia con el Patio del Yeso. El intradós del arco está ricamente decorado. |
El califa Abu Yacub Yusuf convirtió a Sevilla en la capital del Imperio Almohade, que ocupaba el norte de África y gran parte de la península Ibérica en los siglos XII y XIII. Este patio es lo único que se conserva de su residencia oficial, el Palacio del Yeso. Una alberca central mantiene la tradición islámica del gusto por el agua.
A la derecha se abre una galería que destaca por la decoración de rombos entrelazados, conocidos como paños de sebka; el aspecto elegante y grácil de esta galería ha hecho que se considere un precedente del arte nazarí de la Alhambra.
¡Qué maravilla del Arte arquitectónico y artístico tenemos en Sevilla! Y gracias a un rey desprestigiado por la Historia. Extraordinarias imágenes. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarGracias, Alejandro.
EliminarEstoy poniendo todo mi esfuerzo en conseguir más y mejores imágenes de nuestros Alcázares, así como en ampliar los textos.
Por cierto, te debo dos libros.
Un cordial saludo.
mágnificas fotos y apartaciones de datos, que nos ilustran y nos hacen abrir los ojos, ante tantas bellezas de nuestra ciudad. Gracias.
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