Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad.

Historia, leyendas y curiosidades de nuestra ciudad y sus alrededores

jueves, 4 de enero de 2018

Museo de Artes y Costumbres Populares. Parte III.

Nuestra siguiente parada tiene lugar en las Salas VI y VII, en las que podemos contemplar el mobiliario de la Casa La Francesa, lugar en el que la familia Díaz Velázquez asentó tanto el negocio (planta baja) como la vivienda (primera planta). El edificio se situaba en el barrio del Porvenir, concretamente en la esquina de las calles Brasil y Río de la Plata, según planos del arquitecto Vicente Traver.
Casa familiar de la familia Díaz Velázquez en el barrio del Porvenir.
Se trataba de la típica casa de la burguesía andaluza acomodada, sencilla y elegante, con muebles tan sólidos como sobrios, huyendo de exageraciones o estridencias. De esta manera, la mayoría de los muebles son de estilo inglés, aunque también se advierte mobiliario español de estilo Renacimiento o francés de estilo Imperio.
En la sala VI se nos muestran los tres espacios de la planta baja que constituían el negocio: el Planchador, al Almacén y la Sala de Ventas. Los tres se muestran con la distribución original en que se disponían en la calle Brasil.
En el Planchador, tanto muebles como los diferentes útiles con del siglo XIX, incluida la reproducción (a mayor tamaño, por supuesto) del cuadro que representa a la Virgen de la Servilleta, de Murillo, que se conserva en la sala V del Museo de Bellas Artes de nuestra ciudad.

Imágenes del cuarto de plancha.
El Almacén está ocupado en su mayor parte por grandes armarios realizados en madera de castaño. Se usaban para guardar tanto las prendas ya terminadas y listas para entregar como para almacenar los lienzos que se les suministraban a las bordadoras. El cuadro que cuelga del muro derecho nos muestra a la Virgen, en su advocación de Divina Pastora.
Almacén.
La tercera estancia de esta planta baja es la Sala de Ventas, en la que se atendía a los clientes. Se trata, por lo tanto, de la habitación con mejores muebles y decoración más cuidada. Ocupa el centro una gran mesa alargada, sobre la que se sitúan una cruz procesional y varios candelabros. Dos muebles de los llamados “de portalones” guardaban las prendas ya terminadas o las muestras que se enseñaban al cliente.

Preside este espacio un óleo de la escuela sevillana del siglo XIX, que representa la escena de La Virgen bordando. En el lado izquierdo, sobre un taquillón, aparece una pintura sobre cobre, que nos muestra Descanso en la huida a Egipto, del XVIII. Bajo ella, dos figuras policromadas: una Inmaculada y un Nazareno, ambos igualmente del XVIII. 
Sala de Ventas.
Seguimos las indicaciones y pasamos a recorrer la sala VII, con las estancias correspondientes a la planta alta, dedicadas a la vivienda familiar. El Recibidor ejercía de distribuidor entre ambas zonas de la casa, ya que desde él se podía acceder tanto a la vivienda como a la zona de negocio.
Los muebles son de caoba, del siglo XIX, procedentes, al igual que las pinturas de José Montenegro del muro izquierdo, de la casa de sus padres. El banco fue elaborado en el Pabellón de Cuba durante la Exposición Iberoamericana del 29 y el paragüero/bastonera de cerámica data de 1.930, de la Fábrica González, en Triana. La alfombra es alpujarreña.
Recibidor.
Un Pasillo separaba los dormitorios del resto de habitaciones. Podemos ver una cómoda y dos sillas de estilo fernandino, del siglo XIX y un espejo con marco dorado (“La Veneciana”, 1.942, Sevilla). Sobre la cómoda, una figura del Niño Jesús, del XVIII y un quinqué de porcelana del XIX. En el muro de la izquierda cuelgan dos apliques cerámicos que escoltan un reloj con labores de marquetería y dos pequeños óleos sobre cobre, que representan a las santas Rosa de Lima y Rosa de Viterbo.
Pasillo.
La siguiente parada corresponde al Dormitorio de Rosario Díaz VelázquezEn su mayoría, los muebles (escritorio, secreter, mesa, sillón) proceden del mercado de antigüedades, de estilo inglés y del siglo XVIII. Los cuadros que decoran la habitación son de temática religiosa, a excepción de un paisaje anónimo del XIX; entre ellos destaca, sobre la cama, una Santa Rosalía, del sevillano José María Romero López (siglo XVIII). Sobre la cómoda vemos un Crucificado tallado en madera y policromado del XIX y cuatro candeleros de plata del XVIII.
Dormitorio de Rosario Díaz Velázquez.
En la Sala de estar hay un tresillo moderno, tapizado con motivos florales, dispuesto alrededor de una mesa redonda de caoba del siglo XIX; a la derecha, una butaca de orejas de los siglos XVII-XVIII. Un cabinet de 1.700 ocupa el centro de la pared frontal, compuesto por mesa de caoba y armario de madera de nogal.
A la izquierda hay una consola de mediados del XIX, sobre la que contemplamos un crucifijo de marfil, dos candelabros y otras tantas vasijas de porcelana. En el lado derecho, sobre una mesita auxiliar, se sitúan una talla de la Inmaculada, del siglo XVIII, y una serie de objetos de plata de pequeño tamaño de los siglos XIX y XX.
Tres óleos del siglo XVIII decoran esta habitación: San José con el Niño, Familia de viaje y La Divina Pastora, de distintos autores y procedencia. Una moldura de matera y forma mixtilínea hace el papel de galería.
Sala de estar.
Si hasta ahora el estilo del mobiliario ha sido eminente ecléctico, con mezclas de estilos y antigüedades, en el Comedor vemos claramente reflejado el gusto de las hermanas por los muebles ingleses: todos los que ocupan esta estancia, (mesa, sillas, aparador, trincheros) son antiguos del siglo XVI e ingleses, ya sean originales o copias fidedignas de los mismos.
Cuelgan de los muros cuadros de floreros y decora ricamente la estancia una interesante colección de objetos de plata de los siglos XVIII, XIX y principios del XX.
Comedor.

En el Dormitorio de Isabel Díaz Velázquez destaca especialmente la cama (siglo XVIII), de las llamadas “mallorquinas”, realizada en madera dorada, con abundantes adornos vegetales y dibujos orientales. Cómoda, cajonera y escritorio son de diferentes épocas y estilos, en tanto que la mecedora de rejilla con escabel y un par de sillas completan el mobiliario del dormitorio.
Sobre la cómoda vemos sendas parejas de candeleros de plata, floreros de porcelana y marcos de fotografías. De la pared, sobre ellas, cuelgan un crucifijo de madera dorada y un óleo con la escena de la Adoración del Sagrado Corazón, del XVIII, firmado por Corrado Giaquinto. Encima del escritorio vemos otro óleo, anónimo y del XVII, que representa la Virgen con el Niño y San Juanito y, coronando la cajonera, una talla de San Francisco Javier, realizada en madera y marfil en el siglo XIX.
Dormitorio de Isabel Díaz Velázquez.
El Dormitorio de María Josefa, la mayor de las hermanas, es el más sencillo: cama, armario, sillón y mesita de noche son modernos y de diseño simple. Las pinturas, en cambio, sí son más valiosas. Sobre la cabecera de la cama luce una Virgen con el Niño, anónimo sevillano del XVIII y, bajo él, una pequeña tabla de la escuela madrileña y el siglo XVII que nos muestra a Santa Teresa. San José con el Niño (XVIII) y un Niño Jesús Triunfante (XIX), completan el conjunto pictórico de la habitación.
Dormitorio de María Josefa Díaz Velázquez.
Terminaremos el recorrido de esta planta con la visión de una pequeña sala, el Escritorio, en la que Isabel, la hermana que se hizo cargo de las labores administrativas del negocio familiar, desarrollaba su labor. El mobiliario es de los siglos XIX y XX, aunque basado en diseños más antiguos, casi todo fabricado con madera de caoba. Podemos observar una mesa renacentista, un sillón, dos sillas, un buró y una cómoda. 
Como es habitual, numerosos cuadros cubren las paredes. Dos óleos situados encima del buró, Patio de la casa Pané de Jerez (José Montenegro) y la Virgen Niña cosiendo (Madre Berchman Vergara), una Santa Inés a la izquierda de estos, más tres grabados, Santo Entierro de Mengs, La Escuela del Pueblo y Una vocación de artista, componen el conjunto.
El Escritorio.
Termina aquí la visita a la planta baja. Nos queda por recorrer la planta semisótano.

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