Varios años llevaba intentando la visita de la iglesia del
convento de San Leandro (mis primeras fotos del lugar son de 2.012) y, he aquí que descubro, en un apartado de la página de la Archidiócesis, que todos
los días 22 de cada mes está abierta al público durante todo el día, en
conmemoración de la onomástica de Santa Rita de Casia, que se celebra el 22 de
mayo. Así que, tras fijar la fecha en el almanaque (servidor no usa agenda),
esperé impaciente el día señalado.
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Fachada principal del convento de San Leandro. |
Aprovechando la distribución de la finca, con tres fachadas al exterior,
me encaminé hacia allá por la calle Imperial. Tras pasar la fachada trasera del
palacio de los duques de Medinaceli (igual de estropeada como siempre), comenzamos
a ver las estancias del convento.
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Fachada calle Imperial. |
En primer lugar hay una edificación, casi un torreón de buen
tamaño, que se adentra en la propia calle, estrechándola sobremanera; en una de
sus caras vemos un retablo cerámico de la Virgen de Guadalupe y, arriba del
todo, un escudo nobiliario bajo una corona real de hierro forjado. Es un
curioso lugar para colocar ambos elementos.
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Virgen de Guadalupe. |
La otra cara nos muestra una pequeña torre con almenas, adosada
al edificio, resto de alguna antigua distribución del recinto, que tiene
situada en su esquina una columna de mármol blanco, a modo de protección contra los vehículos.
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Fachada calle Imperial. |
El resto de la larga fachada que asoma a esta calle es uniforme, con gran cantidad de
ventanas cegadas, seguidas de otras sin cegar (a la altura de la entrada de
servicio del convento) y terminada en un gran torreón cuadrado en la esquina de
la Plaza de San Leandro, que tiene su gemelo en el otro extremo.
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Resto de la fachada de la calle Imperial. |
La
fachada correspondiente a la plaza de San Leandro y a la calle Zamudio incluye
la portada de acceso a la iglesia. Consta de un vano de medio punto enmarcado
por pilastras toscanas, rematado por un frontón cortado, en cuyo centro se sitúa un corazón ardiente, símbolo de la comunidad agustina; a los lados aparecen dos remates piramidales coronados con
esferas. El conjunto se cubre mediante un frontón curvo con una cruz
de piedra.
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Fachada a la plaza San Leandro. |
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Portada de entrada a la iglesia del convento. |
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El corazón llameante atravesado por flechas, símbolo de la comunidad agustina. |
Junto
a esta puerta vemos un retablo cerámico de la década de 1.950, dedicado a Santa Rita de Casia, firmado
por Cerámica Santa Ana y de pintor desconocido.
Aquí vemos la cerámica de Santa Rita, antes y después de la restauración.
El
tramo de la fachada correspondiente a la calle Zamudio es totalmente liso, de
blancos muros, a excepción de los vanos de las ventanas, protegidas con fuertes
rejas.
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Tramo de fachada de la calle Zamudio. |
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Así estaba hace poco tiempo. |
La
entrada principal del convento se sitúa en la plaza de San Ildefonso, frente a
la iglesia del mismo nombre. Presenta numerosas e irregulares ventanas y una
portada muy semejante a la anterior. El vano es, en este caso, rectangular, con
frontón curvo cortado y hornacina con figura de terracota del titular del
convento, al que le falta la mano derecha. A los lados de la portada vemos un
azulejo con el nombre del monasterio y una placa de mármol con una cita del Ocnos de Luis Cernuda.
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Fachada principal. Plaza de San Ildefonso. |
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Portada de acceso al convento. |
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Detalles. |
La
fachada principal se prolonga hacia la calle Caballerizas, mostrando el mismo
esquema que en la calle Zamudio: muros blancos y numerosas ventanas protegidas
por fuertes rejas.
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Fachada a la calle Caballerizas. |
El
exterior del edificio ha sido sometido a una somera intervención (repellado,
pintura y poco más) que ha lavado la cara del conjunto, aún muy necesitado de ayuda
para solventar los importantes problemas estructurales que padece.
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Estado de una de las estancias. |
Entramos
ya por la puerta principal, como si fuéramos al torno a comprar las famosas
(desde muy antiguo) Yemas de San Leandro, y accedemos a un pequeño compás. Tiene dos galerías sostenidas por tubos metálicos y una tercera con columnas. En su perímetro se encuentran la puerta
reglar y los locutorios, así como el torno y las estancias
dedicadas a obrador.
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Entrada al Patio del Torno. |
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Imágenes del Patio del Torno. |
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Torno del convento. |
La puerta reglar se dispone en recodo y nos conduce al claustro o Patio
Prande. Este cuenta con una doble galería de arcos, peraltados en
planta baja y de medio punto en la superior, apoyados sobre columnas
de mármol y enmarcados por alfices. Alrededor de este claustro se disponen
las principales dependencias: iglesia y coro bajo, sacristía interior, sala
capitular, refectorio y el despacho de la abadesa.
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Puerta reglar. |
Además del principal, el cenobio tiene varios patios más: Patio
de la Cruz (zona calle Imperial), Patio de San José (en la zona de la esquina
de Zamudio y plaza San Ildefonso) Patio del Noviciado (con fachada a
Caballerizas) y un patinillo en la zona de lavaderos. A ello hay que sumar el
jardín conventual, de buenas dimensiones, con pozo y fuente, que se alarga
hacia el fondo de la finca hasta ser vecino de los jardines de la Casa de
Pilatos.
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Claustro. Cortesía de Diario de Sevilla. |
Antes de pasar a visitar la iglesia, de la que haremos un
recorrido en profundidad, ya con fotos, repasemos un poco la historia de las
Madres Agustinas en nuestra ciudad.
El convento de San Leandro de las Madres Agustinas es uno de los
cenobios más antiguos de la ciudad de Sevilla. Se tiene constancia documental
de que ya existía en el siglo XIII, aunque situado entonces fuera de las
murallas, frente a la Puerta de Córdoba, en el lugar del actual convento de
Capuchinos, en un lugar conocido como “Degolladero de los Cristianos”.
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Coro ¿alto? del convento de San Leandro.
Cortesía de ABC de Sevilla. |
Su aislada situación, que favorecía el asalto de los ladrones y
maleantes, provocó en 1.369 el traslado a su actual emplazamiento (tras un
fugaz paso por la calle de los Melgarejos, en la parroquia de San Marcos), bajo
el patrocinio del propio Pedro I. El rey había confiscado eses casas a Teresa Joffre
por su apoyo a los enemigos del rey. Dos siglos más tarde se procede a una profunda
remodelación que incluyó la construcción de una nueva iglesia (la que hoy
conocemos) y la redistribución del resto de dependencias. Francisco Pacheco
atribuyó esta obra a Juan de Oviedo, aunque documentalmente solo constan las
intervenciones de Asensio de Maeda y los maestros albañiles Juan de los Reyes y
Juan Manuel.
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Coro ¿alto? del convento de San Leandro.
Cortesía de ABC de Sevilla. |
Saltamos de nuevo dos siglos y, ya en plenitud del barroco, se
le dota del magnífico retablo que hoy la adorna, amén de otras intervenciones
menores.
El siglo XIX, como tantas veces hemos comentado desde estas
páginas, fue tremendamente difícil para las monjas agustinas. La invasión
napoleónica, la desamortización de Mendizábal y La Gloriosa dejaron su huella en la congregación.
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Refectorio. Fuente: Antonio del Junco. |
when you meet the unbelievers, strike the necks....
ResponderEliminarmass stubbing in solingen.....
ResponderEliminarroua nabi degollada por ben alaya abdelkader, por querer vivir como una cristiana....
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