El camino prosigue paralelo a la línea de costa hasta que dobla en ángulo recto a la derecha para llegar al Decumanus maximus. Aquí debemos elegir entre girar a la izquierda, en dirección a la Puerta Occidental y las termas o a la derecha, donde se encuentra el mercado y la plaza sur de la Basílica. Nos decidimos por el lado izquierdo y, en su recorrido, podemos comprobar el buen estado de conservación del suelo original que, en algunos tramos, se observa que está levantado por el terremoto antes mencionado que sufrió la ciudad.
Vista del Decumanus desde la Puerta Occidental. Al fondo vemos asomar los capiteles de la Basílica. |
Existió una tercera puerta de la ciudad, situada al Norte, llamada Puerta de Asido, hoy derruida casi por completo y en proceso de estudio. Se caracteriza porque sus cimientos son mucho más profundos que los de las puertas laterales.
Vista Oeste del Decumanus, con la Puerta de Gades (8) al fondo y las termas (9) a la derecha. |
Las Termas (9) muestran la disposición clásica de tres salas situadas en hilera con piscinas provistas de agua a diferentes temperaturas: frigidarium (fría), tepidarium (templada) y caldarium (caliente). Su construcción se estima llevada a cabo en el siglo II d.C., ejerciendo su función hasta finales del siglo IV d.C. Las termas cumplían una función higiénica, pero también eran un espacio de ocio y esparcimiento, de relación con los demás ciudadanos, donde se conversaba, se cerraban tratos, se hacía gimnasia, tomaban baños, etc.
Termas de Baelo Claudia. |
Como se puede observar, el pavimento de las galerías del Decumanus se conserva en excelente estado. |
Damos media vuelta (la Puerta de Gades marca, de momento el fin del camino) y recorremos el Decumanus en sentido contrario. Una vez pasadas las viviendas y tiendas llegaremos a un edificio situado cerca de la Basílica, haciendo esquina con la plaza sur de ésta. Se trata del Macellum o Mercado (10). De su forma y funciones nos informa el siguiente panel:
Y su estado actual lo podemos apreciar en estas fotografías:
Se dispone de bastantes elementos arquitectónicos -pavimento, desagües, soportes, pilastras, columnas, capiteles, etc.-, que permiten deducir con bastante exactitud su estado original, así como aventurar la posibilidad de una futura restauración. Esta actuación sería de gran interés, considerando el escaso número de mercados romanos que se conservan íntegros.
El edificio disponía de dos niveles. Las tiendas eran de reducidas dimensiones, ya que la mayor parte de la mercancía se exhibía en el exterior. Las puertas se cerraban por la noche, al igual que las tiendas. El edículo (capilla) existente en el centro del edificio debía estar dedicada a una divinidad vinculada con el comercio, posiblemente Mercurio.
Mercado (Macellum). |
El Decumanus visto desde el Mercado. |
Plaza Sur (10), con la Basílica al fondo. |
La ciudad de Baelo Claudia dispuso de tres necrópolis; dos de ellas situadas a la salida de las puertas este y oeste de la ciudad, a los lados del camino, según costumbre romana; la tercera, más tardía y situada al noreste, se encuentra entre el acueducto oriental y la carretera actual de acceso a Bolonia.
La característica principal de las necrópolis de Baelo es el uso de betilos, piezas cilíndricas o troncocónicas con o sin base, labradas en piedra caliza, que hemos visto en la exposición permanente del Centro de Recepción de Visitantes. Estos betilos se colocaban en el exterior del monumento funerario y de cara al mar, al igual que ocurre dentro de los monumentos colectivos con el lugar destinado al depósito de urnas. Se les supone un importante significado ritual, quizás relacionado con las divinidades marinas que pueden ejercer también de genios protectores, como símbolo de vida futura, o bien con alguna divinidad grecorromana (Saturno o Baco) o púnica (Baal). Desgraciadamente, ninguna de las tres necrópolis es visitable de momento, aunque la situado junto a la Puerta de Gades es visible desde el Decumanus.
Betilos funerarios. |
En el Capitolio (12) se rendía culto a la Tríada Capitolina, constituida por Júpiter, Juno y Minerva. El origen de esta tríada se encuentra en el periodo etrusco. El conjunto se situaba en la parte más alta de la ciudad y se estructuraba en tres celdas o pequeños templos. La estatua de Júpiter ocupaba la nave central, a su derecha estaba la de Minerva y a su izquierda la de Juno. El dueño absoluto del templo era Júpiter Óptimo Máximo; las diosas lo acompañan como meras huéspedes acogidas en su casa.
Son tres edificios independientes y separados entre sí por dos estrechos pasajes. Sus formas son rectangulares, siendo el templo central (Júpiter), el más estrecho de los tres. En el templo más al este se descubrieron restos de una estatua femenina sentada (Juno) y en el del oeste otros restos más pequeños de una efigie femenina (Minerva).
Cada templo contaba con un total de seis columnas y nueve pilastras, rematadas por capiteles corintios decorados con estuco. La altura completa del conjunto era de ocho metros. Los tres templos se alzaban (incluyendo el podium sobre el que se asentaban) a unos doce metros por encima de la explanada rectangular y dominaban ese espacio libre, reservado a las ceremonias religiosas. En el centro de la explanada, y exactamente en el eje del templo de Júpiter, estaba el altar para los tres templos, en el que había tres mesas idénticas, una al lado de otra.
La fecha de construcción del Capitolio se estima entre los 60 y 70 d.C., en época del emperador Nerón.
Sin abandonar el camino nos dirigimos a nuestra última parada, el Teatro (13).
Diversos detalles del Teatro. |
Para construir el edificio más monumental de la ciudad (67 metros de fachada y 15 de altura) se aprovechó la pendiente natural del terreno, en la zona de mayor desnivel. Levantado entre los años 60-70 d.C., siguió con su función natural hasta el siglo III, en que fue compartimentado y utilizado como viviendas y, más tarde, entre los siglos IV y VII, como necrópolis cristiana.
Su aforo era de unas 2.000 personas, que se situaban en el graderío (cavea), subdividido en tres sectores semicirculares: ima (la más baja, para los dirigentes), media (ocupada por los propietarios y funcionarios públicos) y summa (para la plebe).
Graderíos (Cavea) y escenario (Orchestra). |
Las representaciones duraban todo el día en un ambiente festivo. Eran organizadas por los magistrados, que intentaban distraer y contentar al pueblo. Su celebración solía coincidir con la llegada de trabajadores de África para las faenas de pesca.
Galerías de acceso a los graderíos. |
Los actores, siempre hombres, incluso para los personajes femeninos, eran generalmente extranjeros, esclavos o libertos, por lo que gozaban de poco prestigio social. Se cubrían el rostro con máscaras, lo que permitía que un mismo actor representara a varios personajes.
Los espectáculos más valorados eran las comedias ya que, a diferencia de los griegos, los romanos no eran amantes de las tragedias.
En el Teatro terminamos la visita a este Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia. Quisiera aclarar que las fotografías que acompañan estas líneas tienen algo más de un año, por lo que es posible que actualmente exista alguna variación sobre lo expuesto. Aunque, pensándolo mejor y a tenor de la política de recortes (sobre todo en actividades culturales) de los actuales Gobiernos, tanto autonómico como nacional, dudo mucho que se haya movido una sola piedra desde el mes de junio de 2012.
Aquí tienes el testimonio de mi visita por tu blog, una vez más, es insuperable.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿tengo tu permiso para compartir con mis seguidores la lista del ARTE de los Templos sevillanos? Como es muy amplio por eso te lo pregunto. respetaré tu decisión, como es lo ético.
Un abrazo.
Por supuesto, Mari Carmen. Tienes todo el blog a tu disposición.
EliminarSaludos.
Vale, muchas gracias por tu generosodad y comprensión. En esta semana me ocupo de ello. Una joya como esta, hijo mio, hay que compartirla, muchos te lo ven agradecer, (yo, la primera), jeeeee...
EliminarSaludos.