Vista del lado de la Epístola del crucero desde el lado contrario. En el chaflán izquierdo se ve la talla de la Inmaculada y, en el derecho, la vitrina con el Nacimiento y el Niño Jesús dormido. |
Nacimiento y Niño Jesús. |
Brazo del Evangelio del Crucero. |
Pasando al otro lado del crucero, podemos ver una
nueva hornacina, gemela de la anterior del Nacimiento, en la que se nos muestra
una escena de La agonía de San José. Bajo ella, una figura yacente del Salvador.
Brazo del Evangelio del Crucero. |
Vitrina en el brazo del Evangelio del Crucero: La agonía de San José y Cristo Yacente. |
Junto a ella, ocupando el centro de este espacio,
se sitúa la conocida como Virgen de las
Tres Avemarías, patrona del Colegio de Procuradores. Su devoción se originó
hacia 1.910 a
través de las predicaciones del capuchino Juan Bautista de Chemeny, y
aconsejaba rezar diariamente tres avemarías para tener una buena muerte… el día
que correspondiera. La talla que se conserva en esta capilla es obra de Joaquín
Bilbao. Tras la talla de la Virgen se sitúa un relieve de la Santísima
Trinidad.
A la derecha de la Virgen vemos la efigie de un
fraile con crucifijo en sus manos que no he podido identificar; pudiera ser San Francisco de Asís.
Desde este punto podemos contemplar que las
pinturas de la bóveda del presbiterio y de la nave central no han sido
restauradas desde el incendio de 1.931.
Bóveda y coro de la capilla. |
Nos damos la vuelta y, siguiendo el muro del
Evangelio, nos dirigimos hacia la salida. Ante una sencilla peana de madera,
encontramos el capuchino más popular de las últimas décadas (sobre todo en
Andalucía), fray Leopoldo de Alpandeire,
declarado beato en el año 2.010.
Fray Leopoldo nació en el pequeño pueblo
malagueño de Alpandeire, en la serranía de Ronda. Su familia, modesta, se
dedicaba al cultivo de la tierra y al cuidado de algunas cabras. No destacó de
pequeño en los escasos estudios que cursó, así que volvió a las faenas
agrícolas. Un día que se encontraba en Roda presenció la prédica de dos
capuchinos, tras lo cual decidió profesar en la orden. Tras varios intentos
fallidos, logró su objetivo, contando ya con treinta y cinco años. Tras recibir
formación en Sevilla, es trasladado a Antequera, Granada, Sevilla de nuevo y,
definitivamente, a Granada, en cuyo convento residió más de cuarenta años.
Su cometido en el convento era de limosnero,
yendo de puerta en puerta, pidiendo para el mantenimiento de monjes y convento.
Siempre estaba dispuesto a escuchar los problemas ajenos y solía rezar tres Ave
Marías por quienes pedían su intercesión. Pronto fue conocido “el limosnero de
las tres Ave Marías”, como se le conocía popularmente. Falleció en 1.956.
Tras el beato capuchino podemos ver una
repisa-retablo con una talla de San Antonio con el Niño y, seguidamente, el altar de San Joaquín y Santa Ana con la
Virgen Niña, de igual estilo que el frontero de Los Desposorios y también
atribuido a Duque Cornejo.
San Antonio de Padua con el Niño. |
Una nueva repisa-retablo nos recibe. Se trata de
un Ecce-Homo, que se venera con la
advocación de Cristo de las Angustias.
Su estilo apunta a la escuela granadina de imaginería.
Ya estamos a los pies de la nave, bajo el coro.
Allí está situado Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado, una imagen muy
venerada, que fue realizada por Agustín Sánchez-Cid Agüero tras la
Guerra Civil, imitando la imagen madrileña del Cristo de Medinaceli,
venerada en la basílica de los capuchinos de Madrid. Posee melena de cabello natural.
Hemos terminado la visita de la capilla. Se puede
decir que, aparte del mal estado de las pinturas de las bóvedas por los hechos
ya comentados, se encuentra perfectamente atendida, e incluso algunas de las
imágenes expuestas están rotuladas. Un poco más de luz en el retablo mayor (en
el que se ha priorizado la iluminación del titular de la capilla) sería de
agradecer.
Hay un escalón de unos diez centímetros a la entrada del templo.
Cuánto Arte encierra nuestra ciudad... Y tú que lo sabes bien. A ver si un día quedamos y me enseñas lo que ignoro conocer. Puedes dirigirte mejor a mi email arteparnasomania@gmail.com.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que dices ser entierro del Señor,creo que e la agonía de San José....Usaludo.
ResponderEliminarCarlos.
Gracias por la aclaración, Carlos. Ya está corregido.
EliminarSaludos.
Para mí es el culmen del barroco. Magníficas estas dos entradas. Aprovecho para desearte lo mejor en estas fiestas y que el año nuevo nos respete y nos aporte paz, solidaridad y creatividad. Abrazos.
ResponderEliminarIgualmente te deseo, Paco. Una Feliz Navidad y un Año Nuevo con menos recortes de los previstos.
EliminarSaludos.
Pepe, soy Luis Hernández, estuvimos esta mañana hablando en la capilla de los Estudiantes.
ResponderEliminarRevisando el libro de Cayetano de Acosta, te quería comentar algunas cosas del retablo mayor, ¿me das tu email?
Por cierto, esta mañana se me olvidó, Feliz 2013, sobre todo en lo laboral.
Saludos,
Luis Hernández.
Quienes dices que son San Joaquín y Santa Ana del Retablo Mayor, son realmente los santos juanes, fíjate bien en los atributos, pues no se indica bien en el pie de foto.
ResponderEliminarSaludos y gracias por tu trabajo.
Tienes toda la razón, amigo Anónimo. Ya está rectificado.
EliminarGracias por la corrección.
Saludos.
Amio Becerra, ¡Que pedazo de blog! Magnífica información de un lugar por el que hemos pasado mil y una vez y, quizás, hemos prestado toda nuestra atención al impresionante Retablo Mayor de nuestro vecino portugués, que lo merece, y muy de pasada al resto, tan interesante, que nos muestra. ¿se pueden hacer fotos sin muchos problemas? Un cordial abrazo.
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