Páginas

viernes, 18 de enero de 2013

Capilla de Santa María de Jesús. Exposición “Un museo en la Universidad: Selecciones Arqueológicas de la Universidad de Sevilla”


En la Puerta de Jerez, enmarcada entre la avenida de la Constitución y la calle san Gregorio, se alza tímidamente, como no queriendo molestar, la capilla de Santa María de Jesús. Propiedad de la Universidad de Sevilla y hasta hace poco sede del Consejo General de Hermandades y Cofradías, constituye el único resto que perdura del Colegio-Universidad que fundara Maese Rodrigo de Santaella con su propio dinero en 1.506, hace ya  más de 500 años.
Portada principal de la capilla de Santa María de Jesús.
Maese Rodrigo Fernández de Santaella y Córdoba nació en Carmona el 15 de diciembre de 1.444. Estudia en Sevilla el Bachillerato en Teología en el Colegio Catedralicio de San Miguel, con gran aprovechamiento. Con 23 años, marcha a Italia con una beca para estudiar Teología en el Colegio Español de San Clemente en Bolonia y se doctora en Teología y Artes.

De vuelta a España, es nombrado párroco de santa María de la Parra, de Badajoz; luego, beneficiado de la iglesia de san Martín, de Sevilla; canónigo magistral de la catedral de Málaga; capellán de la Santa Iglesia de Sevilla; beneficiado en Jerez de la Frontera. En 1.496 es elevado a canónigo de la catedral de Sevilla y, más tarde, Arcediano de Reina en esta catedral.
Estatua de Maese Rodrigo. Patio del Rectorado de la Universidad de Sevilla.
Su gran ilusión era fundar la Universidad de Sevilla, a semejanza de la de Salamanca. Compró un solar en la Puerta de Jerez en el que, previo permiso de los Reyes Católicos y bula del papa Julio, comienza a edificar el Estudio General. En él quiere que se impartan las cátedras de Teología, Filosofía, Derecho y Medicina. Desgraciadamente, no puede ver concluida su magna obra, pues en 1.509, siete años antes del inicio de las clases, fallece, siendo enterrado en la capilla del Estudio, llamada de santa María de Jesús, a los pies del Retablo Mayor:

«Aquí yace don Rodrigo Fernández de Santaella, Presbítero, Maestro en Artes y Santa Teología, Protonotario de la Sede Apostólica, Canónigo y Arcediano de Reina de la Santa Iglesia de Sevilla; vivió sesenta y cuatro años; falleció el día 20 del mes de enero, año de 1509. Aprended, mortales, a buscar las cosas del cielo».

Además del fundador, fueron enterrados en la capilla universitaria otras cinco personas: el Maestro Alonso de Campos, su albacea testamentario, que había concluido la obra de Santaella, y otros cuatro colegiales: Cristóbal de Godoy Aragón (1.685), Francisco de Henestrosa y Mazuelos (1.695), Juan Dionisio Díaz Salvador (1.709) y Ubaldo Mantilla Trevani (1.772), que había sido Rector dos años antes.

El Estudio permaneció en esa sede hasta 1.836, en que trasladó sus instalaciones a la actual calle Laraña, concretamente a la antigua Casa-Profesa de los jesuitas, donde residió algo más cien años, para pasar posteriormente a la Real Fábrica de Tabacos y, más tarde, esparcirse por distintas zonas de la ciudad.

El primitivo Colegio fue usado como seminario hasta que, en 1.920, con motivo de la adecuación de la ciudad a los fastos de la Exposición Iberoamericana de 1.929, se derribó el edificio para ensanchar la conexión de la Puerta de Jerez con la plaza de la Constitución. Tan solo se salvó de la piqueta la capilla, gracias a la labor del prestigioso historiador José Gestoso, que logró la declaración de Monumento Nacional de la misma. También la puerta del edificio pudo librarse, instalándose en el compás del convento de santa Clara.
Única fotografía conocida del Colegio-Universidad. La foto está fechada en 1899; realizada por la viajera gala María Star, se publicó en un libro francés titulado "Impressions de l'Espagne", que se encuentra en el Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, donde fue encontrada por la profesora María Jesús Sanz en 1.977. 
En la actualidad, el edificio es propiedad de la Universidad de Sevilla, habiendo estado cedida durante varios años y hasta hace muy poco tiempo al Consejo General de Hermandades y Cofradías, que se ha mudado a un local vecino de la calle San Gregorio. Desde entonces sigue cumpliendo su labor eclesiástica (hay una misa diaria), que alterna con exposiciones como la que mostraremos más adelante.
Vista general de la capilla en la actualidad.
El edificio de la capilla es de estilo gótico-mudéjar tardío, con partes realizadas en ladrillo visto, aunque algunas crónicas afirman que anteriormente estuvo totalmente enfoscado. Consta de tres fachadas: la de cabecera, que se muestra a la avenida de la Constitución, la de la Epístola, en la puerta Jerez y la trasera, en la calle San Gregorio.

La fachada principal no daba a la calle, como podemos ver en la antigua fotografía, sino a un patio interior. Tras el derribo del colegio ya se accedía directamente desde la avenida de la Constitución, a través de un pequeño e irregular atrio ajardinado. Durante el transcurso de las últimas obras de rehabilitación del inmueble apareció la solería original del patio, por lo que se decidió dejar ésta y prescindir del jardín. Desgraciadamente, el diseño de la rampa de acceso para personas de movilidad reducida impide contemplar dicha solería. Se trata de un punto a revisar.
Espadaña de la capilla.
Esta fachada muestra una portada de ladrillo visto en dos colores con entrada a través de un arco cornopial, poco habitual en nuestra ciudad. Fue realizada por Martín Sánchez en 1.514. El resto está enfoscado, con un gran óculo central.

La fachada de la Puerta de Jerez nos muestra una hermosa ventana gótica con arquivoltas y tracerías, dos ventanas cuadradas que se añadieron durante la reforma del siglo XVII y una placa de mármol escrita en caracteres góticos que hace referencia a la fundación del colegio. El muro está coronado por merlones escalonados de estilo omeya, asomando sobre la nave una pequeña espadaña, ejecutada también con ladrillo bicolor.
Fachada a la Puerta de Jerez.
Ventana gótica.
La placa de mármol recuerda la fundación del Colegio-Universidad.
La fachada de la calle san Gregorio tan solo presenta dos detalles de interés: una estrecha ventana (casi una saetera) con alfiz polilobulado, y una gárgola, tan típica en las construcciones góticas.
Fachada a la calle San Gregorio.
Puerta de entrada a la capilla.

Cuando pasamos el arco de entrada encontramos una pequeña nave rectangular, dividida en dos partes por un gran arco toral de traza ojival, decorado con motivos vegetales. La parte más cercana a la puerta se cubre con artesonado de madera, en tanto que el presbiterio luce una espléndida y muy pura bóveda gótica de crucería con terceletes.
Vista general de la capilla.
Bóveda con artesonado mudéjar de la primera mitad de la nave.
Bóveda gótica del presbiterio.
El suelo actual de la capilla está realizado con losas de mármol, que sustituyeron en 1.963 el suelo original del edificio. Sí se conservaron los azulejos que cubren los zócalos de las paredes y el frontal de altar, siendo estos últimos de reflejo dorado, constituyendo uno de los pocos ejemplares sevillanos de este tipo de cerámica.
Desgraciadamente, el suelo original se cambió en 1.963 por el  mármol actual .
A la izquierda del presbiterio vemos una pequeña puerta, también de trazo ojival que comunica con la sacristía, que es ya una construcción moderna.
Puerta de entrada a la sacristía y zócalo de azulejos originales.
Sobre la entrada a la sacristía podemos ver una imagen de la Virgen de la Antigua.
La gran joya de esta pequeña capilla es el Retablo Mayor (en realidad es el único que hay), encargado a Alejo Fernández, uno de los principales pintores de la ciudad en la época y autor, entre otras obras, de algunas de las tablas del Retablo Mayor y de varias pinturas de la sacristía de los Cálices de la catedral. El pintor alemán avencidado en Sevilla lo elabora en 1.520, con estructura de estilo gótico, ya tardío, y pinturas que comienzan a mostrar algunas de las novedades del Renacimiento italiano.
Zona del presbiterio de la capilla.
Retablo Mayor y bóveda gótica.
Retablo Mayor. Alejo Fernández, 1.520.
Se compone de sotobanco, banco, dos cuerpos y cinco calles, sin ático propiamente dicho. En el banco figuran seis tablas que representan a tres obispos, un Ecce Homo y una imagen de la Virgen con el Niño de estilo bizantino, probablemente traída de Italia por el fundador.
Primer cuerpo del retablo.
En las calles laterales del primer cuerpo se representan los cuatro Padres de la Iglesia Occidental: san Ambrosio de Milán, san Agustín de Hipona, san Jerónimo de Estridón y san Gregorio Magno. La tabla central nos muestra a la Virgen de la Antigua recibiendo de manos del propio Maese Rodrigo la maqueta del edificio del Colegio.
Tabla central: Virgen de la Antigua. Abajo a la izquierda aparece Maese Rodrigo ofreciendo la maqueta del Colegio a la Virgen.
En el cuerpo superior aparecen san Gabriel, san Rafael, san Pedro y san Pablo en las calles laterales y, en la central, la escena de Pentecostés. La iconografía muestra claramente el espíritu de sabiduría que Maese Rodrigo deseaba para su Colegio.
Segundo cuerpo del retablo.
A la derecha del retablo vemos la talla de una Inmaculada con el Niño, sobre la que no he podido encontrar dato alguno. En los muros de la capilla cuelgan diversos lienzos difíciles de identificar por la oscuridad que muestran. Tan solo se puede observar bien otra reproducción de la Virgen de la Antigua situada sobre la puerta de la sacristía.
Ventana gótica, vista desde el interior.
Inmaculada con el Niño. Sin información.
La entrada a la iglesia, vista desde el presbiterio.
Sepulcros en la zona del presbiterio.
Poco hay que añadir sobre este pequeño rincón de nuestra ciudad. Tan solo comentar la suerte que tuve de encontrarla abierta durante la mañana (solamente abre para la misa vespertina). El motivo no es otro que la exposición titulada “Un museo en la Universidad: Selecciones Arqueológicas de la Universidad de Sevilla”, que se muestra entre el 19 de diciembre de 2.012 y el 26 de enero de 2.013, en horario de mañana y tarde de lunes a viernes, solo de 10.00 a 14.00 horas los sábados y estando cerrada domingos y festivos (¿).

Dejo algunas fotografías de esta exposición que, francamente, tampoco nos van a descubrir piezas espectaculares del fondo arqueológico de la Universidad:
Herramientas de sílex y piedra del Paleolítico inferior.
Amuletos y objetos de uso cotidianos procedentes de Egipto.
Cerámica griega.
Piezas de cerámica ibérica.
Vajilla negra de procedencia itálica.
Hachas y colgantes de piedra, procedentes del
Gabinete de Historia Natural de la Facultad de Ciencias.
Ejemplares de cerámica trianera defectuosos ("loza quebrada"), utilizada como material de relleno de bóvedas y como aislante bajo las solerías.
Cántaro, jarro y cantimploras.
Vajilla romana de barniz rojo, típica de la época imperial. 
Ladrillos y asas de ánforas con el sello identificativo del alfarero.
Figura oriental y retrato femenino.
Cabezas de Marte y Attis.
Fragmento de mosaico procedente de Itálica (siglo II-III d.C.).
Urna y lápida funeraria.
Placas, ladrillos y cerámicas tardorromanas.

No hay ninguna dificultad de acceso para personas con movilidad reducida. La pasarela de acceso, aunque sea fea con avaricia, cumple perfectamente su cometido.

4 comentarios:

  1. Muchas gracias, como siempre Pepe un reportaje buenísimo!

    ResponderEliminar
  2. Buenas tardes Pepe, gracias por el reportaje, me ha ayudado mucho. Me asalta una duda al respecto, ¿sabría decirme cuantas personas cabrían en la capilla? Gracias de antemano.

    ResponderEliminar