Sala XXVI.
La sala que vemos a continuación contiene diferentes objetos pertenecientes a la época visigoda, que se estableció en la Hispania romana a partir del siglo V d.C. Eran de origen centro-europeo y religión arriana, hecho este último que provocó numerosos conflictos con los hispanorromanos, mayoritariamente cristianos (valga la leyenda de San Hermenegildo como ejemplo).
Sarcófago visigodo. |
Sarcófago protocristiano. Sevilla. Siglo V. |
Pilastra visigoda. Siglos VI-VII. |
Reja visigoda. |
La cosa mejoró cuando Recaredo se convirtió al cristianismo en el año 587, lo que favoreció un cierto resurgir cultural y artístico. Sin embargo, el poder político estaba en la realidad muy repartido entre los diferentes nobles, lo que provocaba continuos conflictos, que llegaron a dar lugar a una auténtica guerra civil. Y es que, según las modernas teorías, la invasión árabe del año 711 no existió realmente como tal, sino que los bereberes cruzaron el estrecho tras llegar a un acuerdo con el conde don Julián, gobernador de Ceuta y uno de los nobles más poderosos de su tiempo, el cual unía a sus ambiciones políticas el deseo de venganza contra el rey Rodrigo por haber violado o seducido (según versiones) a su hija.
Reproducción del tesoro visigodo de la iglesia de las santas Justa y Rufina. Torredonjimeno, Jaén. |
Tampoco se sabe de cuántos efectivos constaba la fuerza invasora; según fuentes cristianas, eran unos 50.000 bereberes, mientras que otros las calculan entre 1.700 y 12.000 efectivos. Igualmente es desconocido el lugar de la gran batalla, si es que la hubo (hay autores que se decantan más por una serie de escaramuzas y combates con fuerzas limitadas), ya que a la hasta hace poco reconocida del río Guadalete se unen, según fuentes árabes, las batallas del río Barbate, la laguna de la Janda, el río de Sidonia, el río de Beca o el río de Barro.
A fin de cuentas, y fuera donde fuera esta batalla, el ejército bereber fue dominando Hispania hasta llegar a Covadonga, donde fue detenido por don Pelayo ... aunque también algún autor considera que en Covadonga fue eliminado un simple contingente de exploradores.
A partir de ahí, el avance de los reinos cristianos en la Península Ibérica fue un proceso lento, discontinuo y complejo en el que se alternaron períodos de expansión con otros de estabilización de fronteras y en el que, muchas veces, diferentes reinos o núcleos cristianos siguieron también ritmos de expansión distintos, a la vez que se remodelaban internamente a lo largo del tiempo. Lo mismo se unían cristianos con árabes para combatir a otros cristianos (ver la leyenda del sobrenombre del Cid), a otros árabes o a cuadrillas mixtas.
Columna de Ibn Adabbas. Iglesia del Salvador, Sevilla. Siglos I-III d.C.
Fuste romano reaprovechado por los musulmanes, portador de la inscripción árabe más antigua de la Península Ibérica, relacionada con la fundación de la primitiva mezquita aljama de Sevilla (actual iglesia del Salvador). En ella aparecen numerosas inscripciones que se le han ido realizando a través de los siglos.
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Capitel compuesto árabe. Mediados del siglo X. |
Eran tiempos de confusión en los que cualquier alianza podía tener lugar. Quizás esto pueda explicar por qué lo que los islámicos tardaron tan sólo cinco años en conquistar necesitara siete siglos de "reconquista". Las comillas de reconquista tiene su motivo, ya que determinados autores no consideran el término adecuado. Si algo claro hay en este período tan convulso de la historia de España es que nadie está de acuerdo con nadie y que hay tantas teorías como estudios.
Sala XXVII.
Tras el esplendor y la unidad política del Califato de Córdoba de al-Muzaffar se pasa, a principios del siglo XI, a la disgregación en pequeños Reinos de Taifas. Inicialmente se constituyeron más de veinte pequeños estados o taifas autónomas, dirigidos por caudillos locales,que podían subdividirse o concentrarse con el paso del tiempo. En general, las taifas más poderosas fueron absorbiendo militarmente a las más pequeñas, pero la falta de un mando único favoreció el avance de las tropas cristianas. Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085, se vieron obligadas a pedir ayuda a los almorávides del norte de África quienes, además de derrotar al rey leonés, conquistaron los reinos de Taifas.
Espada de lengua de carpa. Mediados del siglo VIII. Alcalá del Río, Sevilla. |
La siguiente gran oleada africana es la de los almohades, que dominaron Al-Andalus entre 1147 y 1248, transformando la ciudad de Sevilla en segunda capital de un gran imperio y haciéndole vivir un período de esplendor cultural.
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